Es el sitio ideal. Necesito paz y relax. Estos días serán increíbles. Mi única ansiedad es no hablar con nadie, ni dar explicaciones, ni gritos, ni razonar con nadie. Mi trabajo es muy estresante. Demasiadas horas de cara al público...A veces las personas somos demasiado intransigentes y poco tolerantes. Quema mucho tantas horas "peleándote" con tus semejantes. Por eso me vine aquí. Tranquilidad, paz, soledad.
En este sitio perdido de la mano de Dios parece que no encuentro ni un alma por el camino y eso me relaja a la vez que me produce cierta inquietud. Han pasado dos horas y no encontré a nadie y aún me falta por lo menos una hora para llegar a la playa que busco. Allí montaré mi tienda de campaña y pasaré unos días. Tengo suficiente para unos días y allí hay un manantial de agua potable. Serán días de relax y de paz que tanta falta me hacen. Después de una buena caminata, creo divisar el mar, por lo que acelero el paso. Me voy acercando y descubro que es más bonita de lo que la describían en internet. Una playa inmensa, de arena blanca y aguas cristalinas. Es espectacular y lo mejor es que no se ve ni una sola persona. ¡¡¡La playa es particular!!!Madre mía...ni en mis mejores sueños soñé con una playa así para mí solo. Dejo todo tirado y lo primero que hago es meterme en el agua. El agua es transparente y tiene buena temperatura. Miro a ambos lados de la playa y no se ve a nadie. Me resulta increíble. Hago varios largos y salgo a preparar la tienda. Me pongo mi música y empiezo con la rutina de colocar todo. Piquetas...estirar la tienda...saco de dormir. Todo tiene un orden y a por ello voy.
Cuándo ya terminé con todo, me acuesto en la toalla y me quedé traspuesto un par de horas. Cuándo me desperté me había quemado con el sol. Busqué el manantial. Sabía dónde podía estar. Es la ventaja que tenemos hoy en día. Lo sabemos todo. O....casi todo.
Llené dos botellas y volví de nuevo a la tienda. Dejé todo allí y decidí de nuevo bañarme. Entré en el agua y me dio un escalofrío. Llevaba demasiado tiempo tirado al sol. Entre poco a poco. Cuándo el agua me llegaba por el pecho algo me hizo girar la cabeza hacia la orilla. Y allí estaba. Era un hombre, con los pies metidos en el agua. Me miraba fijamente y tenía un enorme cuchillo en una de sus manos. Yo...me quedé estupefacto y no sabía ni lo que hacer. El solo me miraba y sujetaba el cuchillo. No se movía. Decidí hacer como si no le diera importancia a que el estuvieras ahí con un cuchillo, cosa que lógicamente era impensable, pero no sabía qué hacer. Nadé varios largos y él seguía clavado en la arena sin quitarme ojo. Entendí que estaba esperando a que yo saliera del agua, el resto...preferí no imaginarlo. Hice ademán de salir del agua. El hombre no se movía. Comenzaba a ponerme muy nervioso ya que estaba en el agua metido y veía que...o ese señor se marchaba, cosa que no tenía mucha intención de hacer, por lo que veía, o...estaría a remojo muchas horas. Intenté decirle si necesitaba algo. Yo creo que ni pestañeaba. Acabé gritando pero sin acercarme a la orilla. El hombre estaba quieto, igual que cuando llegó, sin moverse. Pero el cuchillo no lo tiraba. Esto era de locos. Ni un alma en la playa y aparece un energúmeno con un cuchillo. Y yo con el agua hasta la coronilla. Comencé a gritarle diciendo que iba a llamar a la policía, idiota de mí. Mi móvil estaba en la tienda. Es más, no estaba ni en la tienda. Cuándo se lo dije, abrió la mano y dejó caer mi móvil al agua. ¿Pero que quiere ese chalado? Esa reflexión mía es un poco ridícula dada la situación en la que me veo. Mi piel ya comienza a arrugarse de tanto tiempo que llevo en el agua, y empiezo a tener mucho frío. Pero parece que al señor no le importa. El no tiene ningún problema. Sigue sin moverse con los pies en el agua y el enorme cuchillo en la mano. Yo intento acercarme, pero la verdad es que me da respeto ese señor. No aparta los ojos de mí. Le grito hasta quedarme sin aliento. Le digo que coja lo que quiera, agua, comida, dinero. Pero no contesta. Creo que él solo me quiere a mí. Me alejo de la orilla. No sé qué hacer. Hago el muerto en el agua. Empiezo a estar muy cansado y nervioso. El sol ya empieza a retirarse, llevo muchas horas en esta situación. Dejo de hacer el muerto en el agua, ya que me parece hasta ridículo. Estoy haciendo el muerto cuándo ahí está un hombre que me quiere matar. Miro hacia la orilla gritando. Allí no hay nadie. ¿Que paso? Me perdí algo. El hombre no está y yo no lo vi irse. Miro a todas partes asustado, y me hago la pregunta del millón. ¿Y ahora...qué hago? Tres horas de caminata sin cruzarme con nadie, sin móvil, solo. Y un loco con un cuchillo que pasó horas mirándome.
Sigo en el agua temblando...y no pienso salir.
Piensa bien lo que deseas, se puede volver en tú contra.
Midala