Alicia se estaba preparando para darse un largo baño. Estaba muy
cansada pues el día había sido muy duro. Hoy los niños estaban muy revoltosos y
le habían dado un día de perros. Y para colmo, Javier, llegó tarde de trabajar,
y como siempre, por no variar, le tocó a ella hacer todo-todo! Toda la casa ya
estaba en silencio, pues ya todo el mundo dormía. Ella se había quedado
levantada recogiendo la cocina, la cena de los niños y el baño. Ahora era su
momento de meterse en la bañera y relajarse un rato. Cuándo iba a entrar en el
baño, sonó un mensaje en el móvil de su marido. Lo cogió y miró el mensaje
"Fue un día precioso, te quiero". Creyó morirse. ¿Quién coño era esa
que le mandaba semejante mensaje? Pensó en despertarlo y ponerlo de patitas en
la calle. Pero lo primero que hizo fue encender un pitillo y ponerse a llorar.
Se puso a buscar por toda la casa facturas
del teléfono móvil, para ver si había llamadas de ese número. Buscó hasta altas
horas de la madrugada mes por mes y nada, ni ese número ni ningún número raro.
Todos eran a casa, a casa de su madre...números conocidos. ¿Y si tenía otro
móvil y la amante se había equivocado de número? Alicia estaba rabiosa y
despertó a Javier a grito pelado.
- Levantateeee, tenemos que hablar ahora
mismo
- Qué dices mujer mira la hora que es.
Déjalo para mañana.
- Dije ahora mismo!! ¿Quién te manda estos
mensajes a estas horas de la madrugada? ¿Qué hiciste hoy para tener un día tan
bonito? ¿Quién coñoooo te quiere a ti?
Javier no comprendía que le estaba pasando
a su mujer. Le pidió el móvil con un gesto y leyó el mensaje. No entendía nada.
Pero cogió el teléfono y llamó al número que le había mandado el mensaje y le dio
el teléfono a su mujer.
_Empieza por ahí Alicia y mañana me
cuentas que pasó vale? Tengo una reunión muy importante.
Alicia se fue al salón y encendió otro pitillo.
A la cuarta vez, una voz jovencita le cogió el teléfono.
-¿SÍ? Dígame.
- Hola, me acabas de mandar un mensaje y
no sé quién eres.
-¿yo? lo siento, yo no le mandé ningún
mensaje.
- Sí señorita, hace dos horas me mando
usted un mensaje que ponía "Fue un día precioso, te quiero"
Al otro lado se hizo el silencio y al rato
sonó una carcajada.
- Lo siento, ese mensaje iba dirigido a mi
madre, hoy fue mi cumpleaños y me hizo la fiesta más bonita que usted se pueda
imaginar. Me debí de equivocar de número, el de mi madre es 666-777-888
Alicia se quedó sin habla. El de su marido
era 666.777-887
- El número es casi igual, ¿estás segura
de que ese mensaje era para tú madre?
- Pues claro!!Para quién iba a ser sino
¿para usted que no la conozco? esta claro que fué un error y me disculpo si le
causé alguna molestia.
Avergonzada Alicia le pidió disculpas a la
niña. Un error podía haber llevado a pique su matrimonio...
Se quedó largo rato hablando con la niña. Había
terminado la carrera y se habían juntado todos a cenar en un restaurante.
Después habían ido a bailar. Sus padres eran increíbles.
Alicia colgó el teléfono y sintió
verdadera vergüenza por lo que había ocurrido. Se metió en la cama y se agarró
a Javier.
- Lo siento mi amor. Te quiero.
- Eres tonta y lo sabes. Vamos a dormir
bobita.
Javier respiró tranquilo.
El que es celoso, no es nunca celoso por
lo que ve; con lo que se imagina basta.
Benavente, Jacinto.
Y dicen que la imaginación no tienes límites.
ResponderEliminarMuy buena entrada.
Saludos
Es una enfermedad que hace infelices a los que le rodean.
ResponderEliminarBesos
Sabio Don Jacinto... y encantador el texto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gustó bastante, yo soy celoso jajaja. Aunque no lo digo.
ResponderEliminarDeseando leer la siguiente entrada :)