Era imposible olvidar. Su vida estaba marcada por el sufrimiento y
el dolor. Las pérdidas siempre estaban presentes. El Capitán Castilla estaba
sentado en un bar de carretera, a donde acudía todos los sábados para saciar su
penas en alcohol. No podía olvidar a su viejo amigo. Había sido el hijo que
siempre había querido tener, siempre cordial y alegre...entraba en la oficina
silbando "Cuándo un hombre ama a una mujer" era una de sus canciones
preferidas y la silbaba continuamente. Aún creía oírlo y a veces le parecía que
estaba a su lado comentando algún caso. Alex le había dejado una huella difícil
de olvidar y el dolor de su pérdida resultaba insoportable. Su imagen,
esparramado en el suelo, como una marioneta rota, no le dejaba vivir. La culpa
lo estaba matando. El lo había mandado a esa misión. El era el culpable de su
muerte. Lo había matado en lo mejor de su vida.
Era de madrugada y
Castilla estaba borracho de alcohol, de whiskies y tequilas...su aliento era
fétido, mezclado con tabaco, y su camisa medio desabrochada olía a una mezcla difícil
de definir. Despeinado y desaliñado, nadie lo hubiese reconocido. Era la viva
imagen del abandono humano, del sufrimiento extremo. Fumaba y bebía a la
velocidad en que se movían sus manos y de vez en cuando derramaba algún que
otro sorbo de whisky por su ropa. Sus ojos estaban hundidos …sin vida…sin
brillo… sin esperanza…Una de las chicas del bar, se acercó a él con gran
respeto y le dijo que era hora de marcharse.
Castilla, pagó su
cuenta y se fue tambaleando hacia la salida. La mujer lo miraba con pena. Ella
había conocido al Castilla trabajador, alegre dispuesto a ayudar siempre,
atento con todo el mundo y ahora...veía un guiñapo, asfixiado por la pena y el
dolor. Se acercó a él y le cogió las llaves de su coche.
- Capitán, hoy
conduzco yo. Lo llevo a su casa.
Natacha, que así
se llamaba, era lo que últimamente hacía por el capitán. Acercarlo a su casa y
acostarlo. Darle un café y meterlo en la ducha. Cualquiera pensaría que
Natacha, era una buena samaritana, pero Natacha había salido de la prostitución
gracias a Castilla. Natacha, era rusa, y había venido a España a trabajar
de camarera. Eso le habían dicho...y una vez en España, entró en una red de
trata de blancas. La hacían trabajar 15 horas seguidas. Las tenían encerradas
en un pequeño prostíbulo, sucio y mal oliente, donde las amenazaron para
trabajar de prostitutas. Y si no cumplían el trato, tenían amenazadas a sus
familias en Rusia, sabían el nombre de sus padres, hermanos e hijos. Todas
ellas trabajaban para poder liberarse en unas condiciones de higiene
lamentables. Castilla fue quién las liberó y con él pudieron saborear la
libertad de España. Castilla les buscó a algunas donde trabajar, entre ellas a
Natacha, en ese bar de carretera, donde no había prostitución, tan solo mucho
trabajo, pues los camioneros paraban todas las noches allí a cenar. Le estaba
muy agradecida, el sueldo era muy bueno y aunque tenía mucho trabajo, podía
ahorrar dinero para mandárselo a su familia y su trabajo era honrado y limpio
que a eso había venido a España a trabajar, buscando una vida mejor para su
gente.
Esa noche, como
todas las noches de los sábados, Natacha lo ayudó a subir a su casa. Lo metió
en la ducha de agua fría y lo llevó a la cama. Le llevó un café bien cargado y
ella se acostó en el sillón del sofá.
Por la mañana,
Castilla, con los ojos mojados por las lágrimas, miraba a Natacha y pensaba en
todo lo que estaba haciendo por él. Un borracho imbécil, sucio y avejentado,
sin ganas de vivir, apestando a alcohol y a tabaco y muchas veces a sudor. Sin
embargo, a ella no le importaba, siempre tenía una palabra amable para él y
todos los sábados lo llevaba a su casa y lo acostaba una vez duchado. Quizás
era hora de comenzar a remontar la muerte de Alex, Natacha no se merecía esa carga.
Era una buena amiga y no merecía verlo sufrir así.
Fue a la cocina, e
hizo un café con unas tostadas. Las puso en una bandeja y lo acercó al sillón
donde ella dormía.
- Natacha,
despierta, vamos a desayunar. Dentro de una hora entras a trabajar.
La mujer, abrió
los ojos inmediatamente y vio al hombre dulce y tierno que siempre había sido,
al hombre amable y bueno y el corazón se le encogió de pena.
- Desayuna
pequeña, hoy...te llevo yo al trabajo.
Los dos
desayunaron juntos y comentando cosas banales se les hizo la hora de
salír.Quizás, tantos sábados borracho, habían acostumbrado a la pareja a
permanecer la noche de los sábados juntos sin tan siquiera tocarse, pero eso
había conseguido que Castilla y Natacha se empezaran a hacer inseparables. El
comenzó a dejar de beber cuándo ya se había saturado, cuándo ya el whiskys y el
ron le salían por todos los poros de su cuerpo. Logró dejar la bebida así que
asimiló, que en su trabajo, nadie tiene la culpa de que otros mueran. Hacen
todo lo posible por mejorar la vida de la gente y por el camino...algunos se
van.En ese razonamiento lo había ayudado mucho Natacha. Castilla, dejó su empleo y comenzó una nueva vida al lado de Natacha. El,
ya buscaría donde trabajar...no le faltaría. Se hicieron inseparables de la
asociación creada por los niños liberados por Alex y pronto Castilla comenzó a
trabajar con ellos a nivel particular. Lo contrataron como detective privado,
buscando a más críos que seguían desaparecidos.La Asociación pronto
cobró un renombre muy importante, los casos que estaban solucionando eran
muchos. Castilla...seguía siendo bueno en lo suyo y al lado de Natacha, era
feliz. Trabajaba en la Asociación de Los niños de Alex, y era una forma de estar en contacto diario con él. Una gran foto de él, sonriendo, daba la bienvenida a todos los que querían entrar. Había sido un gran amigo y un gran hombre y nunca lo olvidaría.
Con mis mejores
deseos, espero que no me pidáis que siga la saga con los hijos de castilla y
Natacha porque....os voy a terminar odiandoooooooooooooooooooo
jajjajajajajajaja.Milllllllllllllllllllllllllllllll besosssssssssssssss, este
nuevo capitulo, va para los protestones que querían otro final mas, pues
haleeee otroooo final más. Aquí al final soy una mandada!!!!:):):)
Y fueron felices y comieron muchas perdices.
ResponderEliminarY colorín colorado este cuento se ha acabado.
Besos.
Da gusto hacerte traabajar porque cada día nos traes un relato más bonito y más completo.
ResponderEliminarYa ves, gracias a tí habrá gente que se emocionará y dejará de ver la tele para venir aquí a leerte, con lo que habrá menos gente viendo basura y en su lugar se culturizarán con tu magnífica prosa de castellano puro, del mejor.
Un millón de besos, galeguiña protestona.
Este final me ha encantado Midala,será `porque me gustan los finales felices,digo yo.
ResponderEliminaro por la manera de atraparme entre tus letras.
Un besote y sé feliz.
Ja,ja,ja
ResponderEliminarPobre!
Venga,yo creo que todos estaremos de acuerdo en que este final es apoteósico.
:)
Besos.
Jajaja, si, si seguimos así va a ser una saga mas larga que El Padrino...
ResponderEliminarSi a alguno le cabía duda de que el anterior, a su manera, había sido un final feliz creo que este despeja todo tipo de dudas.
Los que quedan reconstruyen sus vidas con lo que tienen, hermosa imagen. Y la recuperación del capitán Castilla da un toque de esperanza, que casi nunca falta en tus textos.
Felicitaciones desde el sur.
Abrazos!
Prometo no pedir más, este final me gusta más que el Final, ja ja ja, muy buena inspiración, Midala, abrazo grande.
ResponderEliminarMarta por diossssssssssss no me pidas la bodaaaa jajajajjajajaj que me encantannnnn los retos pero...estoy cansada de Castilla.Aunque pensandolo bien...al pobre porque no le ponemos hijos????jajjajajajajjajajaj nooooooooooo por diosssss.Besitos a todos y millll gracias,fué super entretenido hacer este tipo de relatos en los que pedíais finales distintos y fué muyyyyyy divertido, me reí muchiiisimo con todos vosotros.Milllllllllllllllllllll besazosssss para todos!!!
ResponderEliminar¡Que bien que escribes Midala!
ResponderEliminarTe agradezco la visita a mi blog, y estoy gratamente impresionado por el tuyo. Sabes escribir, y eso por estos lados no es frecuente. Tu relato promete mucho. Todo un futuro espera a los protagonistas. Ese futuro depende de tus letras. Y justo ahí está la habilidad (si lo sabrás) del que escribe.
Un placer encontrarte.
Un abrazo
Este final del relato me gustó mucho más. Muy logrado.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡me he perdido cinco entradas! (esto no es un relato corto), pero es lo que tiene salir de casa a las cinco de la mañana y llegar a la hora de cenar... pero las leeré este fin de semana...
ResponderEliminarUn saludo.
Querida amiga, tu imaginacion permite respnder a los pedidos de sus lectores
ResponderEliminarUn abrazo
Midala vengo a despedirme por un tiempo, cielo. Mil besos y que todo vaya bien en tu vida.
ResponderEliminarAy, Midalaaaaaaaaaa!!! ¿Finales "à la carte"? Cuestión de pedir... jajajaja He leído todo de corrido y éste fue un MUY buen final, amiga!!! Descansa el fin de semana, pues lo mereces por tanto trabajo. No podremos decir que no mimas a tus lectores, jajajaj Un abrazo enorme, querida Midala, besos!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarEscribes unos magníficos relatos.
ResponderEliminarSAludos
Mark de Zabaleta
Acabas de inventar el "requetefinal", jajajaja!!! Una historia tan apasionante bien se lo merece!
ResponderEliminarMuchos besos y feliz fin de semana!
ResponderEliminarEn cada momento
Que paso a visitarte
Me premias con...
La sonrisa de tu mirada
La melodía de tus labios
Y la poesía de tu corazón
Para festejar la amistad
Que esta enriquecida
Por la transparencia y humildad
Deseo disfrutes de un merecido descanso
En estos días del fin de semana
Un abrazo te hago llegar
Tan profundo
Como los sentimientos.
María del Carmen
jajaja que graciosa eres midala, al final le vas a coger ojeriza y todo al pobre castilla. Me ha gustado mucho, un beso :))
ResponderEliminarJajajajaja, pero ellos se enamoran? Jajajaja
ResponderEliminarBesotes!!!!
Que historia tan bonita, y el bohe final es de diploma. mil besos
ResponderEliminarBonita historia, muy bien escrita. Te felicito! He pasado un rato muy ameno leyendola. Hasta pronto!
ResponderEliminarBueno, por final feliz, éste sí que lo es.
ResponderEliminarY era difícil después de la que se había líado.
Te felicito.
Ya que tendrán muchos Castillitos... no?
Je, je.
Besos, Midala.