Amor por internet @@@@@@@@@

Últimamente solo se oye hablar de amor por internet. Se acabaron las discotecas para ligar y las salidas nocturnas, ahora lo mejor es sentarse delante del ordenador, escoger perfil en una página donde exclusivamente estamos los que deseamos ligar y...!listo! Eso fue lo que hice yo. No tenía tiempo para ligar, así de claro lo tenía .Mi trabajo me ocupaba casi todo el día y el resto me dedicaba a dormir que era lo que más me gustaba. Primero comencé entrando en salas de chats, donde conocí a diversas personas que me hacían reír un rato pero de ahí no pasaba. Hasta que una noche de insomnio, de esas que tenemos las mujeres muy a menudo, a causa del trabajo, del estrés y los problemas familiares, entré en una página donde todos eran hombres que buscaban compañía. Ahí conocí a Juan. Era todo lo que una mujer puede desear en un hombre. Cariñoso, amable, tierno, dulce, inteligente, empresario, hablador, con una tarjeta visa oro, siempre con sus jajajajjajaj que parecía que era una persona alegre, rico, hablador.... ¿qué más se podía pedir de un hombre? ¡Era el hombre perfecto!

No me lié con él a la primera, ¡¡¡ni os lo creáis!!!Le di su tiempo...lo fui conociendo lentamente y fui saboreando poco a poco su perfil. Fui conociendo sus habilidades, sus defectos ¡y sus virtudes. ! Esto de internet era la caña! Mira que me lo habían avisado mis amigas....! "Metete en internet, seguro que encuentras un hombre bueno, que te haga feliz. Es como una gran sala donde tú escoges al hombre que quieres"! Y cuánta razón tenían. Yo llegaba a casa, me ponía mi bata de guata y mis calcetines de lana y hablaba con Juan como si fuera una princesa. Si Juan pudiera verme....pero gracias a Dios no me veía, con el pitillo en la boca y a veces los rulos en la cabeza....estaba de todo menos sexi y atractivo.

Poco a poco fui conociéndolo y sin darme cuenta me fui enamorando. Todas las noches quedábamos para hablar. Y nuestras conversaciones duraban horas. Quién diga que internet no es el sitio ideal para conocer el amor es que no sabe de lo que dice...yo llegaba a casa cansada de trabajar y conectaba mi ordenador....ahí estaba él, esperándome...al otro lado...siempre pendiente de mí... me hacía reír durante horas interminables...Pasamos muchos meses en los que lo único que deseaba era llegar a casa, ponerme cómoda y hablar con mi querido novio de internet. Lo bueno de este tema, es que yo lo podía conocer interiormente, sin fijarme en su físico ni importarme y viceversa. Dejábamos el físico a un lado y nos centrábamos en conocernos como personas, nuestras virtudes y nuestros defectos. Aunque no voy a negar que me sentía alagada de tener por novio a un empresario. Era interesante eso de tener como pareja a una persona que tiene un buen trabajo y un buen sueldo. Era un prestigioso empresario con un corazón de oro, ya que durante su mes de vacaciones lo invertía en irse al Congo a ayudar a gente que no podía permitirse el lujo de acudir a un médico. Era una persona muy humana. Solo sabíamos de nosotros nuestro nombre, Juan y Elisa, esos éramos nosotros. ¡Internet era apasionante! Ahí estaba siempre mi Don Juan, esperándome y haciéndome reír. Le había entregado todo mi amor @@@@

 Hasta que a mi me comenzó a picar la curiosidad de saber quién era Juan físicamente. Necesitaba ponerle una cara, un rostro a esa persona de la cual estaba enamorada perdidamente, pues así estaba yo. ¡Locamente enamorada! Me imaginaba la vida a su lado y me veía muy feliz, se había terminado el estar siempre sola y el pasar penurias económicas. Juan siempre me decía que se ocuparía de mi y que nunca más pasaría apuros, que iba a vivir muy bien a su lado. Mis amigas envidiaban mi nuevo estado, y yo alardeaba de "novio" por internet, me creía la mujer más feliz del mundo  y estaba orgullosa de mi nueva "adquisición". Había conseguido enamorar a un conocido empresario y todo a traves de internet... ¡Era increíble! Como habían cambiado los tiempos...Ahora sin salir de casa ya podías tener un novio formal. 

Un día, después de meses de relación, comencé a decirle a Juan que teníamos que quedar y conocernos, que estábamos enamorados pero que ahora teníamos que dar el siguiente paso. Quedamos para tomar café y ese día el no pudo venir. Pero no me importó. La segunda vez que lo intentamos, le surgió una complicación con una venta muy importante. Y tampoco importó a pesar de que yo iba con mis mejores galas. Y a la tercera fue la vencida. Estaba yo en la misma cafetería de siempre, cuándo vi entrar a un hombre. Me fijé en él por lo feo que era. Y cuál será mi sorpresa cuando se sentó a mi lado.

- ¿te llamas Elisa? Soy Juan.

¡Creí caerme de culo! ¿Ese era Juan? ¿El hombre del que yo estaba enamorada? Sí lo llega a ver mi madre seguro que se retuerce de la risa  en su tumba y...eso que aún no había comenzado a hablar...

-Elisa, soy Juan, y quiero que sepas que estoy enamorado de tí. Lo que hablamos siempre fue cierto, mi amor por ti no es un fraude. Es verdadero. Te quiero con locura. Pero...en algunas cosas te mentí. Pero solo en cosas sin importancia. Como tú siempre decías, lo importante es el interior. Y en mi interior no te mentí. Pero no soy un rico empresario. Soy fontanero  y con eso me conformo. No le pido más a la vida porque te conocí a ti y con eso ya tengo bastante.

¡Por Dios! ¿Quién me puede sacar a este pelma de encima? ¿Y su tarjeta oro? ¿Y ese estatus social del que yo estaba enamorada? Me levanté muy enfadada y disgustada.

- Juan, empezamos muyyyy mal la relación. Es mejor dejarlo ya. Con mentiras no se va a ninguna parte. Nuestro comienzo  fue penoso. No me vuelvas a llamar. Es mejor olvidarnos.

Nunca más volví a saber de Juan. ¡Menos mal! Yo soñaba con una casa en el campo y soñaba con ir al Congo, con compras compulsivas y asistenta en casa. Me desenamore tan pronto como me había enamorado. Internet no era buen sitio para buscar novio. Estaba defraudada y desilusionada. Juan...mi Juan, era un fontanero sin tarjeta visa oro, y yo le había dado todo mi amor @. ¡Qué fraude!

El amor a lo don Juan no es más que afición a la caza.

André Maurois (1885-1967) Novelista y ensayista francés.