Sonia salió de la casa aterrada y con un grado de ansiedad muy
elevado. Decidió pasar por casa de sus ex suegros y contarles lo que allí había
visto y vivido.
Los abuelos,
escuchaban con los ojos abiertos y mudos de la impresión. Su hijo se había
muerto y lo que le faltaba es que les vinieran contando historias. Necesitaban
hacer su duelo y llorar a su hijo perdido, no que Sonia viniera contándoles
problemas.Los que tenía...que los resolviera ella sola, ellos ya tenían bastante con lo suyo.
Decidió acercarse
de nuevo a casa de Angel, a ver qué solución tomaban. Angel estaba sudoroso y abstraído.
Daba vueltas por la casa sin saber qué hacer y solo hacía llevarse las manos a
la cabeza y sollozar. En esa casa hacía una temperatura muy inferior a la que
había en la calle. Angel comenzó a gritarle a Sonia, reprochándole la doble
vida que había llevado con su hermano. Le echaba la culpa a ella de todo lo que
estaba ocurriendo. Angel gritaba descontroladamente. La saliva salía de su boca
al igual que sus palabras hirientes de una forma descontrolada. De pronto, la
casa comenzó a quedarse a oscuras, aún cuando fuera era de día. La casa
estaba congelada y negra y de pronto las cosas comenzaron a moverse, las
puertas a abrirse y cerrarse de golpe, los grifos se abrieron y el agua comenzó
a salir. Sonia se acostó en el suelo sollozando de miedo y Angel se agarraba al
pomo de la puerta como si eso fuera a salvarlo del fuerte viento que se levantó.
El viento congelado tiraba las cosas y las zapateaba contra cualquier sitio.
Todo salía volando para incredulidad de los dos. Sonia se dio un golpe en
la cabeza contra la esquina del mueble, y Angel salió dando vueltas por el
pasillo. Se quedó tirado en el suelo rezando para que el fuerte viento cesara
ya y miró hacia el baño. El cristal estaba empañado y se leía claramente: Sonia
habla. Angel no comprendía que tenía que ver su ex mujer en todo esto pero
estaba claro que iba a tener que hablar con ella muy seriamente así que cesara
esta locura.
Todo paró cuando Angel
leyó lo que había escrito en el baño. El frío y el viento cesaron y el caos
reinaba en su casa, pero por lo menos podía andar... Se acercó a ver si Sonia
se encontraba bien y al verla tirada en el suelo sollozando, se acercó y la
agarró por los hombros con cariño.
- Ven...tienes que
ver algo y explicarme. Creo que tú eres la que maneja estos hilos.
Sonia fue con
Angel y al ver lo que ponía en el espejo se desmoronó.
- Es por mí por lo
que tú hermano está aquí. Nunca creí en estas cosas Angel pero...ahora sí. Tú
hermano no se puede ir y la culpa la tengo yo.
Angel la miraba
sin saber qué hacer. Solo esperaba en silencio que ella comenzara a hablar y
contara ese secreto que era el que hacía que su hermano no se marchara.
- Angel, tú
hermano nunca quiso acostarse conmigo. Fui yo la que lo perseguí...lo
acosé....mis ansias de poseerlo eran superiores a mí. Yo lo acosaba diariamente
durante meses, y él siempre me rechazaba. Aquella noche que tú llegaste a casa
y me encontraste borracha...desnuda...y él a mi lado...no nos habíamos
acostado. El intentaba controlarme y meterme en cama antes de que tú llegaras.
Pero llegaste antes de tiempo y creíste lo que yo tanto había deseado. Yo solo
quería marcharme de tú lado y separarme de ti, para poder conquistarlo a
él...pero él siempre me rechazó. Tú creíste que él se había acostado
conmigo...y él nunca te lo negó. Te dejó hablar y explotar siempre. A mi favor,
te diré que estoy en terapia con un psicólogo. Realmente llegué a acosar a tú
hermano y hacerle la vida imposible. Vuestra relación ya estaba rota y eso
terminó de rematarlo. Quizás cuándo se estaba muriendo era eso lo que quería
decirte....
Angel la miraba
horrorizado. Sus ojos estaban inyectados en sangre y sus puños se cerraban y
abrían a una velocidad pasmosa. No podía creer lo que oía. Juan nunca se había
acostado con su mujer y sin embargo no se lo había dicho. Había consentido que
él le insultara y le pegara, que su relación terminara de romperse y todo por
no contar lo que su mujer había estado haciendo con él. Acosarlo.
Angel pasó por
encima de las cosas que había tiradas en el suelo y se dirigió hacia la puerta
de la casa, la abrió y se dirigió a su ex mujer.
- Sal ahora mismo.
Eres una cobarde. Dejaste que se muriera sin que yo fuera a hablar con él. Se
murió sin que yo supiera de sus labios la verdad.
Cuándo Sonia iba a
salir de la casa, avergonzada y cabizbaja, una fuerte luz inundó toda la estancia.
La luz les cegaba los ojos y un fuerte olor al perfume de su hermano corrió por
toda la casa. Angel sabía que era una locura pero habló en voz alta con su
hermano.
- Juan, lo sé
todo. Perdóname - exclamó llorando - Debí de ir a casa de papá y mamá cuando te
estabas muriendo, debí despedirme de tú. Eras mi hermano. Lo siento, perdóname,
te quiero hermano.
La figura de Juan,
se dibujó al final del pasillo. Su cara expresaba tranquilidad y tan solo exclamó:
te quiero hermano.
El perdón es una
decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la
ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma
y la tendrá el que te ofendió. - Madre Teresa de Calcuta
Anda, acerté!!! De esta me dedico a la videncia, jajajajaja.
ResponderEliminarMe ha gustado Midala. Enhorabuena.
Al final no es todo como parece...y el tiempo o las circunstancia, pone a cada uno en su lugar...me ha gustado este relato, y te felicito...un besote preciosa.
ResponderEliminarJodó, doña Midalita, qué relato a Edgar Alan Poe nos has traído hoy. Parece sacado de aquellos cementerios del XIX en donde los poetas románticos y borrachos se ponian a escribir.
ResponderEliminarExcelente. Mis felicitaciones, galeguiña.
Sonia al final tuvo el valor de confesar esa pasión desatada por su cuñado, a ver si ahora sus suegros y su ex tienen la grandeza de perdornarla, como decía Teresa. Cometió un error y está arrepentida, es humana.
ResponderEliminarBesos Midala!!!
Gram cierre final, Midala. Es ahora cuando la historia encaja sus piezas y se convierte -todo junto- en un gran relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un relato que cierra, Midala, no siempre se logra.
ResponderEliminarCon respecto al perdonar... puede llegar a ser difícil, depende de la gravedad del hecho y de quién sea el que lo produjo.
En fin... Un beso.
HD
hola, quiero decirte que me gusto mucho tu blog, porque tienes un estilo único. ya tienes un nuevo seguidor.
ResponderEliminar___________________________________
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Un fabuloso final como no hubiera imaginado. Me encantó. Muchos besos
ResponderEliminarUn maravillo relato con un final magistral. El perdòn es un sentimiento personal, depende de cada uno.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Perdonar es una sensación solo comparable a que te perdonen.
ResponderEliminarParecen relatos de Lovecraft o Edgar Alan Poe
Me gustó tu relato, original, con un final inesperado, y el misterio que resulta tan difícil de lograr.
ResponderEliminarUn abrazo
!!Hola,midala!!
ResponderEliminarUna buena historia,muy noble la actitud del hermano q no quiso hacerle daño.El perdon nos libera.
Explendido relato,muchos besitos ,midala,espero q todo este bien,preciosa.
Un relato estremecedor. Pobres hermanos distantes en vida por un mal entendido!!
ResponderEliminarmis felicitaciones por haber sabido llevarlo con tanta precisión.
Besos guapa!
SE observa la condición humana en este relato. Hasta dónde puede llevar una pasión, o un amor enfermiso. UN abrazo.Carlos
ResponderEliminarExcelente relato. Y estoy de acuerdo en que el perdón es una decisión y no un sentimiento... por eso en ocasiones cuesta tanto tomarla.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Hola Midala, estoy regresando, al leer el comentario me parecio que estabas preocupada, no tuve un trabajo importante, fue todo bien. No tengo tu correo.
ResponderEliminarVamos a tu publicación, QUE GRAN FINAL!!!
un abrazo
che, todo bien? porque leí que te lo preguntaban je.
ResponderEliminarEspero que sí.
Ahora bien, que buena mentira, que buena ficción, que
admirable estu registro coloquial mujer.
Mis mejores augurios para vos y tu pluma.
Salud!
Que fantástico final para un relato estupendo, como siempre nos sorprendes con lo inesperado. Menuda cuñada... Saludos Midala :)
ResponderEliminarExcelente, a veces no hay que ser tan soberbios y dar el brazo a torcer, sino pude ser tarde y los espíritus se aparecen para solucionar todo. Saludos. PuertoArial.com
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