Recuerdo que mamá siempre decía que la familia era lo primero, y todo se hacía para la familia siempre. Ese amor hacia los nuestros, nos marcó a mis hermanos y a mí. La familia siempre en un primer plano imposible de suplantar por nada ni por nadie. Recuerdo cuándo mi hermano, se encaprichó con una chica del barrio. Mamá se puso furiosa cuándo le dijo que se quería ir a vivir con ella. Gritaba a todas horas y estaba como loca. Le hacía comprender a mi hermano, que nosotros, éramos su gran y única familia. Nadie más podía entrar a formar parte. Porque nadie podía suplantarnos. Mi hermano, se encapricho de Adele y se quería ir de casa. ! Pobre Adele ¡Un día apareció en la cuneta. La había atropellado un coche. Fuimos a su entierro todos los hermanos y papá y mamá. Fue muy triste. Sus padres no paraban de llorar. ¡La vida es a veces tan triste....! Mi hermano, se quedó sin novia y nunca más le entraron ganas de irse a vivir con otra chica. Yo nunca entendí aquello, pero el nombre de Adele no podía ni pronunciarse en casa, pues mi hermano empezaba a dar patadas y puñetazos a todo cuánto encontraba y mamá lo encerraba en su cuarto varios días. Yo, que era la pequeña, era la encargada de llevarle el agua y algo de comer y siempre lloraba viéndolo encerrado. Le pedía por favor que no los enfadara, para que pudiera salir. Pero él era muy cabezón, y siempre que salía su nombre era la misma historia.El tiempo, fue el encargado de que mi hermano, se olvidará de su gran y único amor y se desviviera por su familia, como estabamos enseñados.
Un día, papá y mamá organizaron en el jardín de casa, una barbacoa con todos nuestros amigos y vecinos. Vinieron un montón de personas, tanto papa como mamá eran muy queridos en el barrio y nosotros teníamos muchos amigos. Fue una fiesta muy bonita y alegre. Mi hermana la mediana, Gladis, estaba todo el tiempo con su compañero del colegio. Papá no les sacaba el ojo de encima y meneaba la cabeza sonriendo. Jugamos al baloncesto en la cancha del vecino y fue un día inolvidable. A media tarde, comenzó a ponerse todo oscuro y a caer las primeras gotas, todos gritando y sonriendo fuimos pasando a casa montando una algarabía tremenda. Chillábamos y gritábamos escapándonos de la lluvia. Fuimos pasando para adentro todos, con las bebidas y los platos. Papá se quedó en el jardín recogiendo las sillas y las mesas. Cuándo entró el pobre parecía muy cansado. Todos estábamos dentro bailando al son de la música. Mamá fue a buscarlo y le dio un beso en el cuello, le dio la mano y lo sacó a bailar mientras todos les hacíamos burla por detrás. Pero ese día fue inolvidable. El amigo de Gladis, desapareció. A media noche, nos llamaron a la puerta de casa sus padres desesperados, y salimos todos por el barrio con las linternas, gritando el nombre de Frankkkkkkkkk, como si la vida nos fuera en ello. Nunca volvimos a saber de él. A veces, les íbamos a hacer visitas a sus padres. Íbamos todos juntos y mamá les llevaba alguna tarta. Seguían buscándolo por todas partes pero no se sabía nada de él. ¡Quizás lo había secuestrado una banda de gente muy mala! .Papá y mamá decían que el mundo estaba perdido, que la gente no tenía valores ni principios. "La familia tiene que permanecer unida toda la vida. La familia es lo primero y lo principal". Papá y mama sí que son buenos.
Los años iban pasando y nosotros permanecíamos unidos siempre. Papá y mamá eran nuestro eje sobre el que girábamos todos. Seguían siendo nuestro motor. Fue un verano, en el que hacía muchísima calor. Era un calor aplastante.Ni lagartijas había en el jardín. Los zapatos se nos pegaban al asfalto y chorreabamos sudor a todas horas. Poníamos todo el día los aspersores en los jardines y al pasar por alguno de ellos, aprovechabas y te acercabas para mojarte . A media tarde, solían caer unas tormentas tremendas. Era ese calor pegajoso del verano, donde parece que ni los pájaros pueden vivir. Donde a media tarde, no se ve un alma en la calle, porque la temperatura ronda los 45 grados. Pero a pesar del calor, papá siempre estaba trabajando en el sótano. Mamá siempre nos decía que teníamos que mimarlo porque trabajaba a todas horas por y para nosotros. Por nuestra unión y nuestra salvación en la vida eterna.
Fue precisamente ese verano, cuándo yo oí a la salida de la Iglesia, decir a dos señoras mayores, que iba a venir el FBI para intentar esclarecer unas desapariciones. Papá y mamá no hicieron caso y dijeron que eso eran tonterías de las señoras mayores, pero nosotros, estábamos nerviosos pensando si encontrábamos a esos policías por la calle y nos hacían preguntas. Los niños estábamos alborotados y nerviosos ante tal acontecimiento. Los reconocimos enseguida, eran unos señores de camisa blanca y gafas de sol, siempre con un pitillo en la boca y cara seria. Hacían preguntas a todo el mundo y... ¡nosotros no íbamos a ser menos! Todos los niños queríamos que nos preguntaran a nosotros y nos acercabamos, gritando alrededor de ellos, mientras el sol caía a plomo sobre nuestras cabezas, y nuestros cuerpos desprendían un olor a glándulas sudoríparas mal olientes, signo de la pubertad. Nuestras caras con granos a punto de explotar, rojas por el calor, gritaban a los policías "pregúnteme a miiiiiiiiii a miiiiiiiiiiiii"“. Los policías contemplaban a aquel grupo de niños bien, abrasados por el calor y sudorosos, gritando como chimpancés en plena época de reproducción. Nuestros gritos y chillidos espantaron a los policías y nosotros quedamos defraudados porque no nos preguntaban nada. Yo recuerdo que iba con mi vestido amarillo de flores corto, el pelo encharcado y el sudor me caía por la frente y el bigote. Me acerqué a casa desilusionada, a decirle a papá que estaban los policías en el pueblo. Papá estaba en el garaje y yo me acerque a contarle lo desilusionados que estábamos todos. Papá estaba trabajando y no me vio entrar. Tenía una sierra en la mano y estaba manchada. Sus pantalones y su camisa estaban asquerosos y había un olor insoportable allí en el sótano. Miré como papá entraba en una habitación que yo no conocía. Me acerqué despacio sin que él me oyera, nos estaba prohibido bajar allí. Papá estaba allí, con mamá. Parecían cansados y sucios. Yo miré por la rendija de la puerta. Papá colocaba algo en el suelo y echaba cal encima. Mamá decía que con la cal no olería mal. Papá me vio y su cara cambió. Mamá se acercó a mí y me dijo que saliera para afuera inmediatamente, que olía muy mal, que estaban echando cal para la fosa de la casa que se había estropeado.Creo que había kepchu y los espaquetis que cenamos la noche anterior, ¡porque papá y mamá estaban manchados de kepchu hasta las orejas! Mamá me dijo que me fuera al jardín, que ellos estaban trabajando para la familia. Y cerró la puerta silenciosamente.
Ese verano cálido estaba tocando a su fin. Papá y mamá arreglaron la fosa y ese olor a podredumbre, a gato muerto y a pis de gallina se evaporó por arte de magia con la cal. Los sudores del verano comenzaron a dar paso a las chaquetas de invierno y con ellas una nueva temporada. El otoño. Y con él, llegaron nuevas desapariciones, mientras nuestra familia permanecía más unida que nunca.
Todo pasa y todo vuelve, eternamente gira la rueda del ser. Todo muere, todo reflorece; eternamente se desenrolla el año del ser. Todo se rompe, todo se reajusta; eternamente se edifica la morada del ser |
Me has tenido en vilo desde el inicio, doña. Qué maestría en el suspense. Díos, qué precioso relato policiaco-humano has escrito.
ResponderEliminarTe doy, a título particualr y personal, el Premio al mejor Relato Corto de Blogger, sin atenuantes.
Madre mia mi niña! que relato te has sacado de la manga...
ResponderEliminarTodo por la familia... parece una secta!
Pobres criaturas, y pobre niña.. en su inociencia.. seguro que cuando crezca empezará a ligar cabos y su familia no le parecerá tan perfecta.
Genial tu relato preciosa.
Gracias por tu palabras en mi casa, siempre... son mágicas, me encanta que estés allí... aunque yo no pueda venir siempre que quisiera.
Un besito grandote y un abrazo desde las montañas de girona.
la familia unida es fuerte. Besos
ResponderEliminar!!Hola midala!!
ResponderEliminarSu familia era un modelo de union para ella,hay uniones un tanto surrealistas,pero al fin y al cabo es un tipo de union.
Me ha gustado mucho tu blog,volvere para seguir leyendo tus relatos son estupendos.Muchisimas gracias por pasarte por mi humilde espacio y hacerte seguidora,yo me quedo en el tuyo y te sigo tambien.Muchos besitos,midala
Me tuviste intrigada desde que empece a leerl. Genial. Tremendo relato, te felicito!
ResponderEliminarMadre míaaaaaa
ResponderEliminarPara qué buscarse enemigos si se tiene una familia así????
Las hormonas sexuales,el deseo,la atracción de los niños,tras el suceso del hermano,permanecerían siempre congeladas y alerta...
Qué horror.
Lo malo es que han habido casos reales tan absolutamente espeluznantes como el de estos padres asesinos en serie y es terrible.
Besos.
Por cierto,hermosa, ya quité las palabras de verificación.
Me encanta el susupense que pones en tu relato , disfrute leyendo de lo lindo, saludos
ResponderEliminar¡Qué macabro!, últimamente me estás sorprendiendo con relatos de este tipo.
ResponderEliminarLa madre que los parió, vaya familia. Estoy con Gala en lo de que parece una secta.
ResponderEliminarBesos
Pero cuánto me ha gustado este texto; un cuento que mantiene constantemente la tensión,,, son irrefrenables las ganas de seguir leyendo,
ResponderEliminarQué familia!, sus lazos se alimentan de sangre. Es una familia con un Dios azteca propio... te felicito, un gran retrato de antología.
Fuerte abrazo!
¡Un gran relato, Midala!
ResponderEliminarCon una prosa sedosa, que permite que el lector se deslice fácilmente por ella sin darse cuenta que está siendo atrapado en la trama de misterio que se teje.
Un abrazo.
lindo relato,, hermoso ,, bello ,,exelente..pero muy largo y yo necesito uno corto para mi tarea!! :(
EliminarMidala, hay familias así, sin necesidad de cadáveres cierran su círculo y nadie entra, muy buen relato, un abrazo!
ResponderEliminarjejejeje ¡¡me encantan estos relatos!!
ResponderEliminargracias por venir y quedarte en el diario del loco
dos abrazos
pd
te invito a leer uno de mis relatos "incubus"
Que padres tan majos...
ResponderEliminarNi el FBI ni nadie podrá destruir esa familia.
Esa familia era peor que la familia Adams.
ResponderEliminarCon familias de ese tipo mejor permanecer soltero de por vida.
Gracias por tu paso.
Un beso, Midala.
Querida Midala me encantan tus relatos, vas describiendo cada escena tan vivida que me llego el olor, vi las manchas, maravilloso!!!
ResponderEliminarNo volvere a qujarme de mi familia, jaja
Un abrazo
Qué buen suspenso. En ese tenor del relato gótico, a lo Poe.Aqauí, en Colombia, Andrés caicedo se fajaba unos cuentos por el tenor de este que cuentas: Angelitops empantanados. Un beso. Carlos
ResponderEliminarCualquiera se desune de esa familia....
ResponderEliminarAbrazos.
Que bien escribes...Un relato lleno de suspenso.
ResponderEliminarHola Midala, que pena que no sigas escribiendo ya que construyes buenos relatos como este.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Midala, me encantan tus relatos, me capturan desde que los comienzo a leer, este fue muy interesante todo por la familia.
ResponderEliminarlo volvere a leer.
los hijos crecen y volaran tienen derecho ha formar su propio nido es la ley de la vida
ResponderEliminarme encntooo
ResponderEliminarMe encantó dónde puedo ver más
ResponderEliminarEn todo el blog tienes distintos tipos de relatos. En estos momentos hay 299 relatos cortos para leer. Espero que sean de su agrado y se sienta cómodo y a gusto en este blog. Muchas gracias por leer y comentar.
EliminarDEMASIADA FANTASIA EN EL RELATO.
ResponderEliminarLa vida está llena de sorpresas y de cosas que ni imaginamos.Es un relato...vamos a dejar volar la imaginación!.Un saludo
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