Recibió la llamada de su amigo para decirle que habían entrado en el
quirófano 6, tal como él había programado. La cosa parecía que iba por buen
camino y quizás Alfredo no se había equivocado con su rocambolesca historia.
Hacía días que no sabía nada de él, le había dicho que iba a un hotel, y que se
pondría en contacto con él, pero ya hacía días de esto y no había vuelto a
saber nada. Estaba preocupado pero él le había dicho que bajo ningún lo
buscara, sería él quién lo llamaría. Si la cosa era como él se estaba
imaginando, no solo estaba una persona implicada en esto. Por lo que Philips,
no tenía más remedio que esperar su llamada. A pesar de su preocupación, no
podía hacer nada más que esperar y pensar que Alfredo estaría bien.
Pasó cerca de dos horas cuándo volvió a recibir la llamada avisándole
de que el quirófano 6 estaba libre ya. Apresuradamente fue hacía allí para
retirar la cámara y ver qué era lo que había pasado. Estaba temblando cuándo
llegó al quirófano. Estaba libre. Allí no había nadie y estaba todo como
lo dejan después de trabajar los forenses. Recogió la cámara y se la metió en
la riñonera que tenía debajo de su bata y se dirigió inmediatamente hacia un
lugar seguro para poder ver lo que había grabado.
La cámara recogía la entrada de Fidel y acto seguido la del jefe de
planta de Roberto. En la camilla estaba el cadáver de una mujer. Los dos
hombres comenzaron a discutir airadamente y Fidel le decía a Mauro que no era
hora de lamentarse que ahora tenían que seguir adelante con el proyecto. La
discusión subía de tono en un momento dado y Fidel decía que era el momento de
realizar la extracción de órganos para donarlos inmediatamente o ya no estarían
dentro del plazo correcto para hacerlo. Entre los dos hacían la extracción de
varios órganos y los metían en sus correspondientes neveras. Aparecieron unas
enfermeras y se llevaron los órganos. Entraron varias personas, todas de bata
blanca y Mauro parecía que era el que llevaba la voz cantante.
- Necesitamos más órganos. Estáis haciéndolo demasiado despacio. Hay
muchos donantes esperando órganos urgentemente. Tenéis un trabajo que hacerlo,
cumplirlo. Hacerlo sin levantar sospechas, esta gente no merece vivir y
nosotros somos personas ambiciosas. ¿Queréis cobrar? Pues nada de levantar
sospechas, se acabaron las prostitutas, cargaros a otro tipo de personas, me da
igual, padres de familia, borrachos, que parezca todo un simple accidente y que
los órganos estén impolutos. Necesitamos corneas, piel, huesos, toda clase de órganos
y tenéis que espabilar. No me importa quién caiga pero tiene que caer gente y ya, estamos faltos de todo.
Dicho esto, salió del quirófano.
Philips, miró la cinta varias veces y no salía de su asombro.El miedo recorrió su espina dorsal y se apoderó de él. Habían
destapado una organización de tráfico de órganos en su propio hospital, con sus
propios compañeros. ¡Eran todos unos asesinos!. Tenía que ir a la policía y hacerlo cuanto antes, y
localizar a Alfredo, ahora realmente estaba preocupado. Esto no era un simple
juego. El tenía razón, cuando vieron que Alfredo comenzaba a sospechar
decidieron cargárselo pero les salió mal la jugada y solo resultó herido. Después
volvieron a intentarlo y también fracasaron. ¿Y ahora? Tendría que
localizarlo y llevar la cinta a la policía. Salió del cuarto y se fue hacia su
planta. En cuanto terminara su turno iría a la policía. Salió del ascensor y
tropezó con un joven de bata blanca al que no conocía de nada. El joven, le
apretó el brazo y disimuladamente le dijo que fuera hacia el baño. Philips se
puso muy nervioso e hizo caso de lo que el joven le decía. Cuándo entró en el
baño, el joven de bata blanca le dio un abrazo.
- Soy yo, Alfredo. No te asustes
- Joder tío vaya susto que me pegaste, ¿dónde estabas metido? No sabes
lo que acabas de sacar a la luz, ni te lo puedes imaginar.
Los dos amigos, comprobaron que estaban solos y enseguida comenzaron a
hablar atropelladamente. Alfredo, le contó que alguien lo había seguido hasta
el hotel y entraron en su habitación pero él ya se había marchado por la
escalera de incendios. Había estado viviendo en el hospital, en la zona de las
máquinas. Se había puesto peluca y bigote y algunos retoques más para pasar
desapercibido y había estado siguiendo a Fidel. El ya sabía que estaban detrás
de algo muy gordo.
Decidieron salir e ir a la policía y entregar la cinta. Podían salir
juntos porque nadie iba a relacionarlos. Alfredo estaba cambiado y no se le
reconocía por lo que los dos amigos, salieron juntos del hospital como si
hubiese acabado su turno. Estaban aterrados y cada paso que daban era dar un
paso hacia la libertad, querían denunciar cuánto antes unos asesinatos, Alfredo
sabía que habían sido muchos, pues estos días había tenido tiempo para
investigar. Había descubierto, que Mauro, era propietario de un hospital en
otro estado, y que los pacientes que allí estaban, muchos de ellos pagaban
porque les dieran un órgano cuánto antes. Y eso, les había llevado a cometer
toda clase de asesinatos. Les vendían los órganos y así sus cuentas corrientes
se incrementaban. No tenían escrúpulos. Les daba igual prostitutas que amas de
casa. Era una red muy bien montada dentro del mismo hospital. Y con la cinta de
Phillips ya los tenían pillados.
Saliendo del hospital, tropezaron con Fidel.
-¡Que pasa chamaco! a dónde vas con tanta prisa.
A Philips le pilló de sorpresa pero Alfredo tiró de él y lo
metió en un taxi que estaba parado justo delante del hospital.
- Joder, estos están siguiéndonos.- dijo asustado Philips
- ¿A dónde vamos caballeros?-
- A la comisaría de policía más cercana.
El taxista, los miró por el espejo y sonrió. Nunca iban a llegar a su
destino.
Verdaderamente, el hombre es el rey
de los animales, pues su brutalidad supera a la de éstos.
Seguiré siendo donante sin miedo, me hice cuando trabajaba con máquinas, sabiendo que, en cualquier momento te puede pasar algo, y todos los órganos se pueden desperdiciar... y ahora todo el día en la carretera, pienso igual. Me ha venido a la memoria la película "7 almas", al principio no me gustaba, cuando fui intuyendo lo que hacía el protagonista, me quedé de piedra.
ResponderEliminarImpactante final!!! Ni de tu sombra te puedes fiar!!
ResponderEliminarBesosssss!!
!!Hola,midala!!
ResponderEliminarQ tensión,hasta el final me has tenido con los pelos como escarpias.Estupendo relato,el final ha sido buenisimo.
Gracias por hacerme pasar tan buen rato.un millon de besos,Midala.
Impresionante, que miedo, caray, no nos podemos fiar de nadie, que rabia. milll besos
ResponderEliminarHola guapa, vengo a leerte y me encuentro con esto,un relato que comenzaba dos entradas mas atrás, así que me he puesto a leer las tres porque la historia me ha atrapado desde el principio, y menudo final!!!!
ResponderEliminarSi es que....que no es capaz de hacer el ser humano por dinero???
Besos mil.
Los malosos siempre ganan, menos cuando son Teruel. Qué negocietes conoces doña Midala. O eres reportera en Comisarías o perteneces a la Banda del Cuco y te sabes todos los trucos para hacerte rica.
ResponderEliminarExtraordinario relato. De los que más me gustan, con intriga y suspense.
Un millón de besos, coruñesa.
¿No llegaran a la comisaria?. Estos dos pobres terminan el la sala de autopsias nº 6.
ResponderEliminarSaluditos.
Deseo pases un muy buen fin de semana
Y hago lo posible para que vuelen hacia ti
Estos mis sentimientos…
En los ojos una sonrisa por simpatía
En los labios un beso por valentía
Y en el corazón un abrazo mimoso por garantía
María del Carmen
Impresionante !
ResponderEliminarMark de Zabaleta
Hola Midala, como hace algunos días que no entraba a los blogs, leí de un tirón tu cuento de tres capítulos, estos temas a uno lo ponen en alerta, pensar que puede pasar en la realidad y uno ni siquiera lo sabe, muy bien por la idea, un abrazo!
ResponderEliminarMe lo creo todo. Cualquier cosa es posible.
ResponderEliminarLa maldad humana no tiene límites.
Ayer aparecieron otro montón de cadáveres colgando de un puente en una ciudad de México...
Eso somos.
Saludos.
Justo, justito cuando iban a abrochar la denuncia les tocó
ResponderEliminarun taxista metido en la maniobra.
Me gusta mucho tu desparpajo para contar.
Beso
Se me pone la piel de gallina al leerte.
ResponderEliminarLa ambición puede llegar hasta extremos insospechados.
Actualmente el tráfico de órganos es una gran fuente de ingresos. Mejor no saber los medios que utilizan para lograrlos.
Pero tú te has acercado tanto a la realidad que estremece tu lectura.
Te dejo un fuerte abrazo en el corazón.
Kasioles
Jesusssssssssssssssss
ResponderEliminarLa maldad se esconde donde quiera y supera las acciones más brutales e insospechadas.
Tremendo tu relato amiga.
Te dejo mi abrazote
P.D: Estoy algo mejor, a Dios gracias, te mandé email.