No olvides despedirte de los muertos (II)

Angel miró el espejo aterrado. No podía ser cierto lo que sus ojos veían. ¿Podía ser su hermano Juan? ¿Era posible que su hermano pudiera mandarle mensajes desde el más allá? Nunca había creído en esas tonterías, pero en estos momentos dudaba hasta de su nombre. El miedo se apoderó de él y borro lo que había escrito en el espejo, cerró con furia el grifo y se fue derecho a abrir la puerta de su habitación. Solo poner la mano en el pomo...la puerta se abrió y dejó ver un pasillo lleno de niebla y frío. Angel, sin comprender nada, cerró la puerta de su habitación de golpe y se sentó en su cama. Comenzó a gritar, increpándole a su hermano que estaba haciendo con él, porque no lo dejaba en paz. Y cuándo se daba cuenta que le hablaba solo la desesperación se apoderaba de él. Se sentó en una silla que tenía en su habitación sin saber qué hacer y de esa forma le pasó toda la noche. Al ver salir el sol, pensó que ya había pasado todo y que ya podía respirar. Pero cuándo fue a ducharse, el agua le salió hirviendo y al momento helada, y volvieron a encenderse las luces de las habitaciones...esto era una locura. En el espejo volvían a verse letras escritas....fue despacio hasta acercarse lo suficiente para ver lo que había escrito: Sonia.

Sonia era su ex. No entendía que rayos pintaba Sonia en esta historia por lo que no sabía lo que hacer. Se dirigió al teléfono y la llamó.

- Sonia, ven ahora mismo a mi casa, tengo algo que decirte.

En ese mismo momento, un viento huracanado recorrió toda la casa elevando todo a las alturas y destrozando todo lo que encontraba a su paso. Duró alrededor de un minuto, pero los destrozos en su casa habían sido masivos. Angel, se había tenido que agarras a una de las puertas del salón para no darse de bruces con los muebles. Miró a la calle y...hacía un sol tremendo...era un día radiante y tranquilo.

Se sentó en una de las butacas del salón a esperar a su ex a ver si ella podía darle una explicación de lo que estaba ocurriendo. No comprendía el porque de su nombre en el espejo.

Sonia apareció a la media hora. Venía acalorada y temblorosa. No sabía que ocurría ni que le podría querer su ex marido. Angel le abrió la puerta y la cara de Sonia lo expresaba todo, miedo, estupor y rabia.

- Qué es lo que está ocurriendo Angel. ¿Entraron a robar? Que está pasando en casa.

Angel, le fue explicando lo que había ocurrido desde el fallecimiento de su hermano y Sonia escuchaba silenciosamente. De pronto las lágrimas corrieron por su cara y sus manos comenzaron a temblar.

- Estas historias no ocurren en la realidad. Esto no puede ser real. - no hacía más que repetirle a Angel.-

 Estas perdiendo la cabeza... ¿Qué haces Angel? ¿Porque haces esto?

Angel, no salía de su asombro. Sonia pensaba que todo lo había hecho él para llamar su atención seguramente o sencillamente...porque estaba loco!

Sonia se levanto despacio y recorrió el salón mirando para todas partes, los muebles destrozados, la televisión tirada en el suelo, la mesa de cristal rota... lentamente se dirigió hacia su dormitorio y cuándo entró lo contemplo con los ojos muy abiertos. De pronto, a su espalda, la puerta se cerró de golpe, dando un fuerte portazo. Ella fue a abrirla pero la puerta no cedía. Gritaba el nombre de su ex marido, para que le abriera la puerta, a la vez que miraba para la habitación.

Fuera, Angel chillaba como un loco diciendo que se fuera, que lo dejara en paz, mientras agarraba la puerta de la habitación donde estaba su ex mujer.