Autopsias ilegales

- Otra puñetera noche de guardia- pensó Alfredo

Su vida, transcurría entre cadáveres y para él era relajante, saber que nadie iba a discutir con él y que no le llevarían la contraria era algo que no todo el mundo puede decir de su trabajo. Vivía en una de las ciudades más grandes del mundo, por lo que tenían casi siempre mucho trabajo. Esta noche tenía dos prostitutas con sobredosis, un herido de bala, un infarto y 3 accidentes de coches. Sería una noche muy atareada. Entró Fidel en la instancia y dijo que se llevaba a las dos prostitutas para la otra sala y que él se ocupara de los otros cadáveres. Cogió los papeles y los firmó y con ello se llevó a sus dos cadáveres. Alfredo quedó pensativo, Fidel siempre se hacía cargo de las prostitutas, era algo muy raro, pues parecía que siempre le "tocaban " a él.

Puso su cadáver encima de la mesa de autopsias y ordenó su instrumental. De pronto, algo saltó en su mente y dejó todo, se quitó los guantes y fue a buscar las últimas autopsias en el último año. De pronto no estaba tranquilo y algo comenzó a inquietarle. Se fue a la sala de archivos y le llevó parte de la noche buscar lo que él quería, pues no sabía las claves de los ordenadores, no encontraba los papeles...todo eran inconvenientes. En el último año, habían pasado por sus salas de autopsias 20 prostitutas a lo largo de todo el año. Todas con el mismo diagnostico: sobredosis. Era algo muy extraño...

En cuánto se hizo de día Alfredo, fue a hablar con una amiga que tenía en el hospital que llevaba la parte administrativa y le pidió todos los papeles de las autopsias. Quería comprobar quién había sido el encargado de realizarlas y....si sus planes no fallaban...Fidel tenía que estar detrás de ellas. Y así fue, Fidel fue el encargado de realizar todas las autopsias y de ordenar la cremación de todas ellas. Todas estas mujeres habían sido incineradas. No era habitual lo que estaba ocurriendo, las estadísticas eran en todas las mujeres iguales y esto no era lo normal. Y menos que se encargara de todo el mismo médico. Comenzó a pedir las cintas grabadas de las autopsias y todos los papeles que pudiera encontrar. Aquí había algo muy raro que se le estaba escapando.....

Alfredo salió del hospital ya de día, había prolongado su jornada investigando y cuánto más investigaba menos entendía...Cruzó la acera para ir hacia su coche y venía un coche a lo lejos. Le daba tiempo a cruzar. Pero de pronto, el coche aceleró y se le echó encima. Alfredo que lo estaba mirando vio que había acelerado y que no había sido un atropello normal. El coche tenía los cristales tintados de negro y no pudo ver quién estaba dentro. Y...con estas se desmayó.

Alfredo estaba en el hospital ingresado. Sabía que había tenido un accidente de coche y que el coche se había dado a la fuga. No comprendía el porque de su mala suerte. Tenía varias costillas rotas y tendría que estar unos días ingresado. Pero por otro lado, pensándolo bien, quizás su suerte no había sido tan mala, pues así podría investigar lo que le tenía tan preocupado, como era el caso de las prostitutas.

Alfredo iba tocando a sus amistades y haciendo preguntas por todas partes pero con mucha cautela y pidiendo  a todo aquél con quién hablaba que por favor nadie se enterara de sus pesquisas. No encontró ninguna grabación de las autopsias, cosa muy rara porque se grababan absolutamente todas. Si descubrió que todas las prostitutas no tenían familiares, por lo que sus cuerpos fueron incinerados en las mismas salas que el hospital dispone para incineraciones. Alfredo meditaba y le daba muchas vueltas a todo. De acuerdo que su hospital era un hospital inmenso, pero también su ciudad era inmensa y necesitaba de varios hospitales como el suyo "Esperanza". El ritmo de trabajo en él era tremendo, su plantilla constaba de 6.000 empleados y había operaciones a todas horas, las salas de urgencias estaban todo el día abarrotadas de gente, pero aún así...no le cuadraba que en una ciudad tan grande, todas las prostitutas sin familia vinieran a su hospital y todas fueran incineradas y todas por el mismo médico...algo se le escapaba. Tenía que vigilar a Fidel de cerca.

¿Quién decide cuando los médicos no se ponen de acuerdo? (Proverbio americano)