Pascual era tan ingenuo que pensaba que yo era la mujer de su vida. Yo soy una mujer del mundo, no pertenezco a nadie...nadie puede ser mi dueño...ni de mi cuerpo ni de mi corazón. Soy libre de sentir y de hacer. Miento como una bellaca, pero no tengo remordimientos. Busco mi bienestar y si con ello perjudico al prójimo...no me importa, no lo siento y decir lo contrario sería ser una embustera, y pueden ustedes llamarme todo lo que quieran menos embustera.
Pascu era un gran empresario y pronto se enamoró de mí perdidamente. La vida a su lado era agradable, con mucho lujo... pero no me llegaba. Yo aspiraba a más. Y Pascu, podía ser un trampolín para llegar a donde yo quiero. Yo viajaba mucho con él. Era la forma de ir metiéndome en la alta sociedad. Viajábamos a menudo a Londres, París, Viena... íbamos a fiestas a menudo, no ya solo en España. Si había una fiesta en Atenas el fin de semana, solo teníamos que coger su jet privado y marcharnos dos o tres días. ¿Vivía bien verdad? pero...aspiraba a más. Precisamente en la fiesta celebrada en Atenas, en favor de los niños desfavorecidos de África, conocí al embajador de África. Primero tengo que decir que me llamó la atención su elegancia y después el morbo de su color. Nunca había estado con un hombre de color y pronto comencé a sacar todas mis artimañas de mujer. Anthony coqueteaba conmigo pero con mucho respeto. Era un hombre muy educado y me costó lo suyo. Antes de irnos Pascual y yo, ya tenía a Anthony en mis manos. Vivía en Atenas, pero viajaba mucho a su país y tenía una casa muy hermosa. Se apoderó de mí el pensamiento romántico de África....el sol...las mosquiteras...el calor...las grandes fiestas al aire libre y los vestidos de flores a todas horas...los sombreros de paja y los sirvientes por todas partes....munnnnnnn este podía ser también un hombre de bien.
Cuando llegamos de la fiesta de Atenas, Anthony no paraba de mandarme mensajes al móvil, y un fin de semana, quedamos para pasarlo juntos en Londres y acabar de conocernos. Fue magnifico, genial. Me mostró todas sus dotes de amante y...por cierto....era uno de los mejores. Y en cuanto a sus bienes, nadaba en la abundancia. Por lo que decidí dejar a Pascual, que ya empezaba a cansarme y aburrirme y dar carpetazo a esa vida, y comenzarla de nuevo con Anthony.
En Atenas vivimos muy bien. Mi vida era muy tranquila. Me dedicaba a bajar a la playa y tomar el sol...bañarme y dar paseos por la playa...organizar las fiestas e ir a algún que otro museo. En mis escasos ratos libres, leía sobre arte. Anthony estaba encantado conmigo, decía que era una buena anfitriona para las fiestas, que allá donde el me llevaba, los hombres le envidiaban. Hacíamos fiestas recaudando dinero siempre para hacer cosas en África, o un colegio, o una Iglesia o cosas así que se les ocurrían a las ONG. A mi me daba igual recaudar para una cosa o para otra, la cosa era conocer gente y moverme en esos ambientes. En una de estas fiestas, conocí a Zaír, un jeque árabe que me impactó mucho. Me pareció impresionante la forma de vida de este hombre y por supuesto…enseguida le eche el lazo.
Entretanto Anthony y yo viajábamos a África, que me moría por conocerla. El tenía allí una gran mansión y yo quería ver esa parte del mundo desconocida. La casa, estaba en medio de la nada y él…decía que era todo un lujo para el descanso. Los mosquitos me mordían a todas horas, Entraba en la casa y me encontraba cucarachas por todas partes, andando a su libre albedrio y mis gritos se podían oír hasta en mi pueblo. Anthony, quiso enseñarme esa parte de África que la gente desconoce, y me llevó por la selva, donde todavía existían tribus. Miedo era poco lo que tenía. Quería marcharme de ese país ya. Odiaba sus mosquitos, las enormes medusas de sus playas, los cocos que caen de los árboles cuándo estás tomando el sol….ese sol abrasador que me derretía mis sandalias de marcas carísimas. ¡Mis manolos derretidos por el sol africano! Decididamente África no era para mí. Dejé a Anthony con la boca abierta y llamé al Jeque Zaír. Le dije que Anthony y yo lo habíamos dejado y que necesitaba relajarme unos días. Y como no…me abrió las puertas de su casa.
Zaír se portó como todo un caballero y yo hice lo mismo, me comporté como una mujer despechada y abandonada, llorosa y Zaír me ofrecía su consuelo. Su palacio era lo más hermoso que mis ojos habían visto nunca. El lujo rezumaba por todas las esquinas, desde los baños en oro hasta las lámparas con brillantes. Había encontrado por fin mi sitio. ¡Ese era el sitio donde yo quería vivir!
Fuimos a la feria del automóvil, en Dubái, y Zair, me compró un mercedes de oro blanco, así como lo oyen, edición limitada, habían sacado poquísimos modelos solamente para venderlos en Dubái y uno…¡¡iba a ser mío!!. Esa misma tarde, fuimos a una feria especialmente preparada para los jeques, en la que compraban juguetes para los niños grandes, como ellos se llamaban.
El vivía generalmente en Dubái, un sitio idílico para mí, donde estaban los mejores centros comerciales del mundo y las exquisiteces mas impresionaste. Podía gastarme en una tarde 100.000 dólares que no significaba nada. Podía llegar al palacio con magnificas joyas y ropas de las marcas más caras, que Zaír solo sonreía contento de mis adquisiciones. Mi vida era ahora mismo lo que yo quería, lujo y fiestas. Dubái me encantaba, su paisaje estaba formado por montañas de arena roja, dorada y blanca y algunos oasis... Sin embargo, algunos jeques habían invertido mucho dinero en los edificios. Las compras están libres de impuestos, y las oferta en oro y alfombras hacían muy golosas. Zaír me regaló un palacio y ahora, tenía mis días muy ocupados adornando mi nueva casa, que por supuesto Zair se encargaba de pagar.
Yo me esmeraba en ser una buena compañera para Zaír y él a su vez me trataba como a una buena amante. Mis días eran maravillosos. Me levantaba y hacía unos largos en la piscina y después estaba todo el día de compras, sin límite de dinero, paseándome con mi mercedes de oro blanco y comprándome todos los caprichos que mi cuerpo me pedía. Me hice unos cuantos retoques insignificantes, porque no quería comenzar a ser mayor. Debía de mantenerme siempre joven para mi amante. Porque…por fin había encontrado mi sitio. Zaír tenía sus cosas, pero yo sabía llevarlo bien y por supuesto, nunca pensamos en casarnos. Siendo su amante era su mantenida y mi vida era todo lujo, joyas, fiestas, masajes, retoques, todo lo que cualquier mujer puede ambicionar lo tenía yo ahora.
Por fin encontré la felicidad. Si los de mi pueblo…supieran como vivo ahora…solo de pensarlo se oyen mis carcajadas en…..África por ejemplo?JAJJAJAJAJAJJAJAJJA
Cada uno de nosotros lleva un loco bajo el manto, pero algunos lo disimulan mejor que otros.
Proverbio sueco.
Si para ella ser feliz es estar sola todo el rato por mucho que tenga, pues que le aproveche y le dure mucho. Escala de valores, no tiene ninguna la pobre, qué lástima...en fín...
ResponderEliminarBesotes!!!
Jodó, Midalita, ¿en todo eso sueñan las jovencitas de ahora?
ResponderEliminarMás les valdría ir a ver pelis sobre Las Mil y Una noches.
Es un cuento muy bonito y especialmente muy bien contado.
Cuida los periscopios.
Un millón de besos
Hay gente que es feliz con muy poco, aunque a ella le parezca un mucho es una insignificancia de abundante artificiosidad y materialismo, en resumen...NADA.
ResponderEliminarPrecioso Relato, Midala.
Un abrazo.
Me encantó el final que le diste, porque apenas apareció el jeque me imaginé que iba a ser todo un idilio hasta que se la llevara a vivir con él y ahí sufría el maltrato que suEs religión le da al género femenino... pero no, le fue de maravillas con relación a sus deseos. Esto me parece muy bien, es inesperado; en general se les suele aplicar un "correctivo argumental" a los personajes superficiales o "moralmente reprochables"... En este caso haces todo lo contrario, te felicito por la originalidad.
ResponderEliminarUn enorme abrazo desde el sur.
Bueno, Bueno ¡que niña! si la felicidad es eso, allá ella.
ResponderEliminarQuisiera ver cuando le salga una arruguita ja ja ja .
Como ves tenía que ver el final. Muy bueno querida Midala.
Gracias por tu visita. Un beso
Tienes una imaginacion a prueba de cualquier lector, nos sabes mantener en la intriga y luego despachas tus "finales"
ResponderEliminarUn abrazo
Una opción de vida como cualquier otra. Mira, a la madre Teresa le dio por escoger otro camino... En fin, cada persona es un mundo...y tú nos los sigues contando todos de la mejor manera!
ResponderEliminarUn beso y buen fin de semana!!!!!
De verdad hay gente que basa su felicidad en metas materiales por las que sacrifican todo.
ResponderEliminarNo es tan descabellado tu cuento.
Yo la entiendo de otra forma y me parece algo reprochable esa opción y aunque la respete,tengo mis dudas en cuanto esto pueda dañar a otras personas.
Besos.
Cuánto tiempo sin pasar por aquí. Me alegro de encontrate donde estabas, agarrada a tus palabras. Abrazos
ResponderEliminarAy mi niña!! cuanto te echaba de menos!!
ResponderEliminarA ver la entrada, haré un comentario para las dos partes.
Hay personas en esta vida que tienen claro que quieren para sus vidas y que no quieren.
La vida nos va dando oportunidades para ir moldeando nuestro futuro, pero tambien es cierto que a veces hay contratiempos, imprevistos, y situaciones que no nos permiten alcanzar las metas.
Creo que como tu relato, quien se propone algo con todas las fuerzas consigue alcanzarlo, pero claro, hay que ver el precio que se paga por ello.
Como tu protagonista, tenia clarísimo que queria en la vida, y fué saltando de fase en fase hasta alcanzarlo... aunque yo me pregunto el dinero y el lujo dan la felicidad?
Para algunas personas parece ser que si, para mi, sin embargo no creo que sea lo que me aporta felicidad.
Prefiero ser más humilde pero tener a alguien a mi lado que me quiera de verdad, y para la que no sea una simple amante...
Aunque eso suponga no tener ni un céntimo en el bolsillo. Alguien que acepte mis arrugas cuando aparezcan, mis defectos y virtudes, alguien que comparta el tiempo conmigo, y no me deje sola todo el tiempo.
Pero bueno, para gustos los colores, como todo en esta vida... desde luego tu prota tenia claro lo que queria y fué dejando corazones rotos, escalando entre lujos crecientes hasta alcanzar alguien que le daba todo menos amor verdadero.
Besitos mediterráneos, desde Girona.
PD: Joooo no sabes las ganas que tenia de tener un ratito para pasearme por tu casa!
Al final lo consiguió.
ResponderEliminarBesos.
!!Hola,midala!!
ResponderEliminarUn final q no me esperaba y me ha sorprendido gratamente.La cita es esplendida.
Pienso q las prioridades son distintas en cada persona,los años y la experiencia ya le diran si se equivoco en la eleccion.
Besitos a millones ,midala
Y las hay tan felices así...
ResponderEliminarDe oca en oca y tiro porque me toca.
:)
Besos.