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jueves, 22 de febrero de 2018

AMOR VERDADERO


Relatos de ficción.

"Sus nombres quizás sean lo de menos en esta historia...lo importante son sus vidas y su amor. Traspasó muchas barreras que otros jamás hubieran superado. Hasta que...el verdadero amor...salió a relucir y demostró a pesar del dolor y la impotencia, que amar, no es amarrar, es dar libertad.

Llevaban muchos años juntos, desde que eran adolescentes, trece años tenían cuándo comenzaron a estar el uno con el otro, unidos a todas horas y en todas las situaciones. Eran una pareja muy risueña y con muchas ganas de pasárselo bien. La vida fue pasando uno al lado del otro...el colegio...la carrera...el trabajo...y por fin, decidieron que toda esa etapa de juventud se estaba evaporando y era el momento de formalizar su unión. Los planes de boda pronto comenzaron a acaparar sus vidas. La iglesia, el restaurante, el vestido, las tarjetas...era muchísimas cosas para los dos trabajando como trabajaban todo el día. El se sentía agotado y exhausto. Lo achacaban a los preparativos de la boda, pero decidió ir al médico para que le diera unas vitaminas. Mientras todo seguía adelante, y decidieron ir de viaje a Bora Bora, en la Polinesia Francesa. Era una buena opción ya que era una forma de que él se relajara de tanto ajetreo. Pero todo cambio en un instante. Una llamada de teléfono de su amigo médico lo cambio todo. La vida les jugaba una mala pasada .Tenía una enfermedad degenerativa muy grave, que avanzaría a paso rápido. El futuro no era precisamente lo que imaginaban y él tomó la decisión más dura de toda su vida. Anuló la boda y le prohibió la entrada en su casa a la que iba a ser su esposa. Su decisión era firme y quería que los que estaban a su lado lo apoyaran ya que para él no era nada fácil. La amaba como el primer día, pero era consciente de que esa vida...no era la que había deseado para ella.

Pronto comenzó a tener que desplazarse en silla de ruedas y enlazaba depresión con ansiedad. Su vida se había convertido en algo desconocido para él.  Echaba de menos a su novia, la quería, pero quería que ella fuera libre, que no cuidara de él el resto de su vida. Añoraba los ratos pasados juntos y a cada día revivía una y otra vez su vida pasada. Ella se presentaba todas las tardes en casa de sus padres. Hablaba con ellos un rato y ellos muy delicadamente le decían que él no quería verla. El la escuchaba...la oía...parecía que la tocaba. Pero él ya no era él. El ahora estaba unido a su silla, y dentro de poco a una cama. Le habían dicho como iría sucediendo todo y no lo quería para ella. Ella tenía que ser libre y vivir feliz. El se iría habiendo conocido el amor. El amor verdadero, que no todo el mundo podía decirlo. El podía haber sido egoísta y mantenerla a su lado, pero sacrificaba sus anhelos y sus ansias de amor para que ella fuera feliz.

Un día, ella timbró como todas las tardes. El la escuchaba mientras les contaba a sus padres cosas cotidianas, oía su voz y hasta le parecía ver sus tics con el pelo, su sonrisa. Solo escucharla le calmaba, le tranquilizaba. Sería su amor eternamente, la mujer de su vida. Sus lágrimas se mezclaban con su ansiedad y su miedo. Y mientras la escuchaba, oyó unos pasos apresurados y la puerta se abrió. Ella estaba en la puerta, mirándolo. Su mirada era todo amor y comprensión. Había tenido la paciencia de esperar este día, sabía que lo quería, y que le daba igual lo que la vida les deparara siempre y cuando permanecieran juntos. El le había dado la libertada de escoger, y ella había escogido. La vida sin él no tenía sentido. Quería permanecer a su lado, ayudarlo, mimarlo y quererlo todo el tiempo que la vida les dejara.

La vida de él se prolongó más de lo que los médicos esperaban y su calidad de vida no fue tan mala hasta los últimos meses. Ella y él formaron un atajo en sus vidas, un atajo para recorrer ese largo y duro camino que les esperaba. Los dos unidos, arañando unos días más...unos meses más...los dos juntos en esta gran encrucijada que la vida les había puesto en su camino. Habían sido felices y habían intentado reír como hacían de jóvenes. Ella lo cuidó con amor y esmero, y él a cambio la quiso como nadie la querría jamás, aunque la vida se les hiciera complicada, habían doblado la esquina...y encontrado la paz.

  Hoy, ella lo añora y lo sigue llorando. Fue el hombre de su vida, lo amó de una forma que no sabía que se podía amar. Habían escogido libremente permanecer juntos y habían sido unos años muy felices, con muchos problemas, pero felices. 

 El...se había llevado su corazón. Nunca lo olvidaría."


Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección.
Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) Escritor francés.

2 comentarios:

  1. El siglo XXI pasará a la historia como el que destruyó, finalmente, cualquier noción referida al amor, dejando tan sólo relaciones pasajeras, familias ensambladas y odios eternos, a su paso.

    Saludos,

    J.

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