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sábado, 11 de junio de 2011

El tranvía que huele a orines y la señora del sombrero de fieltro

Como todos los viernes, María sale de trabajar y se pone sus guantes altos y su sombrero de fieltro.Qué lo hubiesen perdido todo en la guerra, no quería decír, que hubiese perdido su dignidad, ni su coquetería. Tenía que coger el tranvía. El trayecto era largo y se le hacía muy pesado. Ya era de noche, y a esa hora, en el tranvia siempre iban algunos borrachos, que ahogaban sus penas en alcohol.

Entró muy tiesa en el tranvía. Olía a orines. Y a ella se le hacía muy desagradable. Siempre había sido una señora y ahora, la guerra la había llevado a trabajar de asistenta en una casa, y coser en sus ratos libres.Se sentó muy alejada de los pasajeros que allí estaban.No quería contacto con esos borrachos. Había uno en particular, que no paraba de eruptar y Maria, muy educada ella, giraba la cabeza hacia otro lado pensando en lo grosero que era.Se seguía sintiendo una señora. No podía mezclarse con la gente de la sociedad de inferior nivel al de ella.

María, sacó su anillo, y se lo puso en su dedo. Encima del guante. Era precioso. Era una perla, qué le había regalado su marido, de recién casados. María le tenía un apego a esa perla tremendo. Era lo único que conservaba de su época anterior a la guerra. Lo habían vendido todo. Su anillo, era lo único que le quedaba de aquella vida pasada.

A su lado, se sentó un muchacho,bien vestido. "Buenas tardes señora" "buenas tardes"· María sigue contemplando su anillo y el muchacho lo mira también.María, cuándo percibe que la mirada del crío se dirige a su anillo, mete la mano en el bolsillo con miedo. Guardan silencio. No debía de haberse metido en el tranvía. Siempre piensa lo mismo. Ella pertenece a otro nivel social. En el tranvía, solo van las asistentas y los borrachos a esas horas. Ella, es asistenta pero de una casa de la aristocracia. Su nivel no es el mismo.

El muchacho grita para que le paren el tranvía. Se tiene que bajar. María se queda tranquila y saca la mano del bolsillo sonriente, es una mal pensada. Su sitio vacio, lo viene a ocupar, el borracho que eruptaba.
María se pone tiesa en su asiento, y el borracho, le tira del guante con fuerza y arranca guante y anillo.Se baja del tranvía en marcha y María ahoga un grito de estupor y rabia.

Piensa mal y....acertarás!!!!!

2 comentarios:

  1. También le pasó por poco precavida y presumida, en fin, cosas de la vida.

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  2. jajajajjaja muy bueno Maria. Si no llevara el anillo..seguro que no le pasaba eso!!gracias por aparecer siempre por aki!!Bs

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