Alberto daba vueltas por la cocina. Fátima, no paraba de repetirle
lo mismo. Estaba ya cansado de oírla. Era siempre la misma historia y los
mismos reproches. El quería que lo dejara en paz y qué pudiera vivir tranquilo,
pero ella se aferraba siempre a lo mismo y comenzaba siempre el acribille de
palabras mal sonantes y groseras.
El la escuchaba
con paciencia, hasta que llegaba un momento en el que empezaba a perder los
nervios y a agitarse. Se hartaba de oírla siempre quejándose y dándole órdenes.
Siempre eran reproches. Esta vez iban dirigidos hacia su madre. Su ira y su
odio hoy tenían un punto de mira determinado.
- Te lo llevo toda
la vida diciendo. Ella es la que se interpone en nuestro camino.
-Fátima, nadie se
interpone en nuestro camino. Mi madre no pinta nada en esta historia.- Le decía
Alberto pacientemente.
- Te lo dije, ella
es un estorbo. Hazlo ya Alberto, esto es insostenible.-
Alberto daba
vueltas por la cocina, salía al pasillo y volvía a entrar. Se ponía nervioso y
se empezaba a alterar.
- Déjalo ya
Fátima. No voy a hacer nada. Déjame tranquilo.-
- Debes de hacerlo
por nuestro bien. Somos nosotros o ella. Hazlo y hazlo ya.-
Alberto
desquiciado gritaba cada vez más alto.
- Déjame ya.
Lárgate, no me presiones. -
- Alberto,
escúchame, debes de escucharme, es un incordio esa mujer, debes de hacerlo y ya.
Somos nosotros o ella...debes de luchar por nuestro amor. Hazlo ya.
Carmen, oyó los
gritos desde el salón. Se levanto y cogió sus muletas. Fue despacio hasta la
cocina y vio a Alberto dando vueltas y girando sobre sí mismo. Estaba agitado y
nervioso.
- Alberto que te
ocurre. ¿Con quién hablas? - preguntó su madre, viendo que Alberto, estaba
hablando solo y estaba alterado.
- Vete de aquí
mamá. Es Fátima. Vuelve otra vez a las andadas. Esta mujer nunca me dejará vivir
tranquilo. Siempre pretende que haga lo que ella quiera. Quiere que te haga
daño mamá. -
Carmen sintió un
miedo que la paralizó. Alberto estaba teniendo uno de sus brotes. Lo oyó tirar
los platos de la cocina gritando a su supuesta mujer, le oyó implorar que lo
dejara y que se fuera.
Carmen,
salió de la cocina y fue hacia el teléfono. Llamaría a su psiquiatra. Alberto
estaba teniendo otro brote, seguro que había escondido las pastillas que ella
puntualmente le daba. Solo le dio tiempo a descolgar el teléfono.
Piensa mal y acertarás
¡Terrible! Mantienes al lector sumido en la ira, la incomodidad, y el horror. Estupenda idea, diré mejor: ¡Genial!
ResponderEliminarUn abrazo.
Pero si tu eres un sol hombre!!!!Tú nunca ves nada mal!!!Gracias Julio,sigues siendo un encantoooooo!!!!Besitosssssss
ResponderEliminarCuando se lucha contra fantasmas, estos siempte tienen un aventaja respecto de nosotros, ellos pueden dañarnos, nosotros no.
ResponderEliminarPobre Alberto, victimario y víctima.
Un beso real.
Soy Carlos de Apenas penas)
Primero sentí lástima de él, luego he pensado que a Fátima la había matado ya hacía tiempo y vivía con la madre así en plan Norman, el de Psicosis.
ResponderEliminarMe ha encantado, vaya desenlace.
Besos
Gracias Don Julio, es todo un honor que me digan que tengo una idea magnifica jajajjajajajja. Mil gracias por pasarte y por tus comentarios.Mil besos
ResponderEliminarQué razon Carlos...fantasmas...que luchar contra ellos a veces es muy dificil.Mil besossss y mil gracias!!
ResponderEliminarGracias Maríaaaa me encantaaaa que te encante y que estés ahí intrigada, ya ves...a veces sentimos pena...después miedo y después vuelta a sentír pena!!Milllllll besitossss y mil gracias
ResponderEliminarNo imaginé un final tan escalofriante. La psicosis haciendo de las suyas. Un genial relato. Brillante. Saludos cordiales.
ResponderEliminarMe escanto este relato, y perdome hizo mejor, sentia que estorbaba- un abrazo
ResponderEliminarImpresionante!!!!
ResponderEliminarS.A.D.E....muuuchas gracias por pasarte por aquí.Me alegro de que te gustara y pasaras unos segundos entretenid@!!!!Millll besos y mil graciass
ResponderEliminarGracias chus por pasarte por aquí!!!Un relato de psicosis, ahi me conociste jajajjajajja pero prometo que los hago mas tiernos y dulces!!!!!:):) Besitossss y milll graciasss
ResponderEliminarGracias David!!!!!Ya pasé por tu blog y prometí leerte en cuanto tengo un ratito.Milll gracias por pasarte por aqui.mil besos
ResponderEliminarLapislazuli muuuuchas gracias,me alegra que te gustara.Milllll besossss y mil gracias
ResponderEliminarOstrasss!! Y yo que pensé que la nuera tenía mania a la suegra, jajajaja.
ResponderEliminarQuè pasarà por la cabeza en un momento dado, para actuar así...
Genial!
Besitos!
jajajajajjajajajajajajjajajajjaja bueniiiiisimoooo!!!Le tenía mania persecutoria a su suegra nena!!!!!!Me dió tal ataque de risa leyendote que aún me dura!!!Graciñas Ion,solete!!!
ResponderEliminarMe había imaginado otro final, pero igualmente dramático.
ResponderEliminarGracias Rubén, cualquier final veo que sería dramático!!!No ponemos uno de colores ni aunque nos lo pidan!!!:):) Besitosss y mil gracias!!!
ResponderEliminarMidala: me ha gustado tu relato Gracias por pasarte por mi blog y comentar.
ResponderEliminarun saludo
Jajajajaja, no me digasss!!! Apañás tamossss!!! jajajaja, eso está hecho te pongo los pinrelessss, jajajajaja.
ResponderEliminarBesotessss!!!
Midala, ¡Estremecedor relato! Nos "engañas" con suposiciones que vamos desatando a medida que avanzamos en la lectura y de repente, todo se da vuelta, como por arte de magia, -la magia de tu pluma- para enfrentarnos a los hechos reales. Excelente manejo, amiga, ¡Me encantó! Un beso enorme (y muchas gracias por tus palabras en mi blog...)
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