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martes, 29 de mayo de 2012

¿Me escuchas? Estoy harto


Alberto daba vueltas por la cocina. Fátima, no paraba de repetirle lo mismo. Estaba ya cansado de oírla. Era siempre la misma historia y los mismos reproches. El quería que lo dejara en paz y qué pudiera vivir tranquilo, pero ella se aferraba siempre a lo mismo y comenzaba siempre el acribille de palabras mal sonantes y groseras.

El la escuchaba con paciencia, hasta que llegaba un momento en el que empezaba a perder los nervios y a agitarse. Se hartaba de oírla siempre quejándose y dándole órdenes. Siempre eran reproches. Esta vez iban dirigidos hacia su madre. Su ira y su odio hoy tenían un punto de mira determinado.

- Te lo llevo toda la vida diciendo. Ella es la que se interpone en nuestro camino.

-Fátima, nadie se interpone en nuestro camino. Mi madre no pinta nada en esta historia.- Le decía Alberto pacientemente.

- Te lo dije, ella es un estorbo. Hazlo ya Alberto, esto es insostenible.-

Alberto daba vueltas por la cocina, salía al pasillo y volvía a entrar. Se ponía nervioso y se empezaba a alterar.

- Déjalo ya Fátima. No voy a hacer nada. Déjame tranquilo.-

- Debes de hacerlo por nuestro bien. Somos nosotros o ella. Hazlo y hazlo ya.-

Alberto desquiciado gritaba cada vez más alto.

- Déjame ya. Lárgate, no me presiones. -

- Alberto, escúchame, debes de escucharme, es un incordio esa mujer, debes de hacerlo y ya. Somos nosotros o ella...debes de luchar por nuestro amor. Hazlo ya.

Carmen, oyó los gritos desde el salón. Se levanto y cogió sus muletas. Fue despacio hasta la cocina y vio a Alberto dando vueltas y girando sobre sí mismo. Estaba agitado y nervioso.

- Alberto que te ocurre. ¿Con quién hablas? - preguntó su madre, viendo que Alberto, estaba hablando solo y estaba alterado.

- Vete de aquí mamá. Es Fátima. Vuelve otra vez a las andadas. Esta mujer nunca me dejará vivir tranquilo. Siempre pretende que haga lo que ella quiera. Quiere que te haga daño mamá. -

Carmen sintió un miedo que la paralizó. Alberto estaba teniendo uno de sus brotes. Lo oyó tirar los platos de la cocina gritando a su supuesta mujer, le oyó implorar que lo dejara y que se fuera.

 Carmen, salió de la cocina y fue hacia el teléfono. Llamaría a su psiquiatra. Alberto estaba teniendo otro brote, seguro que había escondido las pastillas que ella puntualmente le daba. Solo le dio tiempo a descolgar el teléfono.



Piensa mal y acertarás

17 comentarios:

  1. Bueno, para empezar diré que no hay nada peor que tocarle la madre a uno...
    Por eso lo mejor es callarse, y no hacer reproches.

    Y por último casi, casi por el final este relato acabará como Psicósis de Hitchcock...

    Besos, Midala.

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  2. Esa madre ha llevado una vida muy dura con su hijo, lo malo es que hay muchas que viven en esas condiciones.

    Un abrazo.

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  3. Una cruel historia que traspasa tu relato ficticio alojándose en la cotidiana realidad,como hemos sabido en más de una ocasión,por desgracia.
    Un beso.

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  4. Probe ALBERTO, pero qué malas sois las mulleres en general.
    En Roma se cargaron a unos cuantos candidatos a emperadores varias de esas féminas delicadas.

    Un millón de besos, Midalita

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  5. Un drama tan real como tremendo, Midala. ¡Cuántos casos se conocen!

    Un abrazo,

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  6. Es un relato de puro escalofrío... y lo has narrado tan bien, los tempos son perfectos para mantener alerta nuestra atención, me ha encantado. Un abrazo gigante y mil besos.

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  7. Buffff...las enfermedades mentales son tremendas, llega un punto que en que por seguridad, te cuestionas el ingresar en un centro a la persona enferma. Què pasara en las cabezas para llegar a estas cosas?

    Todo bien mi niña?

    Besotessss!!!

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  8. Midala... Que bueno este relato!!!

    Me has tenido desconcertada todo el rato hasta descubrir "el brote"... que miedo, que horror!!!!


    MILLLLLLLLLLLL BESOSSSSSSSSSS :D

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  9. Es tan terriblemente real que da miedo. Que haran esas enfermedades con nuestras nuronas. En el fondo me alegra saber que estaba loco y que no habia una mujer pinchandole. Muy bueno si señor. Un bessito

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  10. Un drama que se debe desarrollar en muchos hogares según tu muy bien relatas.
    Saluditos.

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  11. Te felicito por tu relato, tienes una gran facilidad para narrarlos.

    Un beso.

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  12. Ficción y Realidad. Muy buen Relato, Midala.
    Un abrazo.

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  13. POBRE ALBERTO LO DESQUICIO. UN ABRAZO

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  14. me gusta mucho el final partido, espaciado...Y
    ese quiebre narrativo con el "Piensa mal y acertarás...
    Fenomeno, Besos!
    Espero que todo haya mejorado, mis mejores augurios.
    Besos

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  15. Felicitaciones, tus relatos cortos son buenisimos.

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  16. Me parece que conozco a Alberto.¡pobrete, si le puede tanto desquiciamiento!
    Y a Fátima. anda que ya le vale.
    Y a Carmen, au revoir.
    Como sea verdad y no ficción, es como para volverse loco.
    Guapo relato.
    Abrazos

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