Hacía unos años, Ana, estaba casada y su situación económica era bastante buena, Vivía bien y en un barrio tranquilo y sino elitista, de clase media alta. Ella estaba en casa cuidando a sus hijos, le gustaba mucho estar con ellos y por supuesto tenía ayuda en casa.Antonio no quería que ella trabajara fuera de casa. Se conocieron de jóvenes y él ya lo tenía claro, "tú cuándo nos casemos, en casa Ana, cuidando a la familia, es la forma de que el cabeza de familia pueda aspirar a mejores cosas y ganar más dinero" y cuándo se casaron...Ana se quedó en casa.En ningún momento le importó el ser ama de casa, disponía de tiempo libre...de ayudante en la cocina...de chicas que le hacían la casa y el tiempo libre que era casi todo...era para su cuidado personal. Después llegaron los niños y se repartía el trabajo entre cuidarlos y sus gimnasios y tratamientos. Era una buena vida, no podía quejarse en absoluto y lo cierto es que se acomodó bien al papel que su marido le asignó.
Pero un año, Antonio desapareció. Se esfumó como el viento que entra en la casa cuándo hay corriente...ese viento frío que atraviesa la casa piso por piso...y va ventilando cada habitación eso mismo hizo Antonio, ventiló todo el dinero que teníamos en nuestra cuenta corriente, sin dejarme un solo euro. Y me dejó el gran chalet en la lujosa urbanización, pero....sin pagar. El banco nos quitó nuestra vivienda y Antonio nos quitó nuestras ilusiones y nuestra vida. Se fue para no volver. Sin dejar una nota...sin ocuparse de sus hijos...sin importarle nada de nosotros. Años después....alguien me comentó que estaba viviendo en el extranjero, que lo habían visto en un país de la republica dominicana.
Ana, movió negativamente la cabeza como apartando esas ideas que muchas veces le asaltaban y comenzó a vestirse. Lo más apropiado para el día de hoy era el vestido blanco, corto, y unos buenos taconazos y....¡¡a trabajar!!Veremos el día que me espera hoy.... pensó Ana con tristeza.
Les dio un beso a sus hijos...dejó el móvil encendido en el salón con un papel donde tenía anotado el numero de su móvil por si en cualquier momento les hacía falta su madre y tristemente salió de su apartamento.
Miró su agenda, para esa noche tenia 3 clientes fijos, más los que llamaran. Se dirigió al hotel donde la habían citado y el primer cliente resultó ser un señor mayor, gordo, vestido de traje intentando ser elegante pero se quedaba por el camino...Quiso ir al grano directamente y eso a Ana le parecía muy bien, así terminaba antes. Al hombre le costaba moverse y al comenzar a sudar sus fluidos corporales apestaban, su aliento fétido le daban arcadas y sus manos velludas le producían escalofría y todo eso lograba ocultarlo debajo de una agradable sonrisa, serían 100 euros, para los libros de este año de los niños...
Su segundo cliente era un chico joven. Le dijo que tenía el tiempo contado, que acababa de salir de trabajar y ni tiempo había tenido para ducharse. Quería hacer de todo. Y Ana..., escondía su delicadeza debajo de una vulgaridad....escondía sus ascos debajo de unas risotadas. Cada cliente es un mundo y tienes que adoptar el papel que quieren que hagas, y este cliente quería una barriobajera, una poligonera, una choni que le diera placer, que comiera sus babas y sus fluidos, que soportara ese olor pestilente a sudor rancio. Ana no podía acostumbrarse a la nueva situación que estaba viviendo, las arcadas eran difícilmente disimulables y el asco le estaba comiendo las entrañas. Después de buscar trabajo por todas partes, después de tirar con lo poco que tenía, decidió que por sus hijos se acostaría con el demonio y eso mismo estaba haciendo. Cada día lo hacía al menos 5 o 6 veces...El demonio era pestilente y exigente...cruel y falto de tacto...el diablo tenía cuerpo de hombre o de mujer....daba igual...era el asco que le producía tener que hacerlo por obligación....por necesidad....para darle de comer a sus hijos...para que sus vidas volvieran a su cauce....
Cuándo se estaba despidiendo de su cliente, este le pidió comenzar de nuevo y Ana, enfadada le dijo que no habían acordado eso. Pero el hombre no quería razonar ni quería hablar. Cogió a Ana por los pelos y la tiro en la cama. La abofeteó varias veces, hasta que Ana perdió el sentido. El hombre, nervioso y excitado, viendo que Ana no respondía, volvió a realizar el acto sexual con ella con un salvajismo inusual.
Ana....entre abrió los ojos y pensó que esta era la vida que le esperaba...su nueva vida.
"La
marca que produce el látigo desaparece; la huella de la injusticia jamás."
Proverbio africano
QUE MIEDO MIDALA!!!
ResponderEliminarSiempre me han parecido unas mujeres valientes las que deciden realizar esta profesión, nunca se sabe cuando puede llegar un tipo de estos!!!
Un relato duro pero muy real.
Un beso :)
Por muy mal que esté la cosa, siempre hay alguna otra solución, aunque no sea tan ràpida como esta.
ResponderEliminarBesotes!
Pero qué trágica me vienes ultimamente, MIDALITA.
ResponderEliminarBuen relato pero "tristre" para mi gusto. Además no hay asesinatos ni polis listos.
Hola Midala, parece que se arreglo tu espacio, te puedo leer
ResponderEliminarEs un triste historia con aristas especiales, mucha veces escuche programas de estas mujeres, la opcion a veces es la unica
Muy buen logrado, como siempre
Un abrazo
!!Hola,midala!!
ResponderEliminarQ no haría una madre por sus hijos....haría lo q fuese,como la mujer de tu relato.Maravilloso,real y magnifico relato,mi preciosa,midala.
Muchísimos besitos,guapísima.
Hola Midala!
ResponderEliminarQué lástima me produce la pobre Ana.
Quiero pensar que dentro de poco tendrá una oportunidad para cambiar su vida de mierda.
Besos
Hay gente muy mala ahí fuera y esa es una profesión de riesgo. Mejor poco y bueno que mucho y malo. Mejor tener lo justito aunque sea fregando escaleras que mucho fregandose uno mismo.
ResponderEliminarSaluditos.
Otro relato en el que la dureza nos lleva por delante, Midala.
ResponderEliminarUna historia excelente.
Un abrazo,
P.D. Si puedes, remíteme un correo electrónico a la dirección que podrás encontrar en mi perfil de blogger. Me gustaría comentarte un tema.
Gallego gallego...que velas por mí jajajjajajaj nunca te estaré tan agradecida como hoy. Milllllllllllllll gracias Pedro, por estár ahí leyendo y fijandote, seguro que lo repetiré cientos de veces, pero estoy segura de que siempre tendré a alguién velando como hoy lo hiciste tú, con discrección y elegancia. Milllllllllll bikossssssssssssssss de todo corazón
EliminarMe gusta el título, aunque la batalla que se libra en la cama del diablo no siempre tiene que ver con el sexo y siempre tiene que ver con la dignidad personal. Quiero decir que hay muchas formas de prostituirse en esta vida y que las costas son altas en todos los casos.
ResponderEliminarEn estas cosas, como en tantas, la justicia nada tiene que ver con la realidad.
Mil besitos y enhorabuena por tu gran sensibilidad.
;)
Querida Midala...el título es perfecto, la historia es impactante y dolorosa, pero en ella resalta el sacrificio de una madre que está dispuesta a todo con tal de que sus hijos no perezcan. Es un placer leerte, recibe un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMe deja tu relato desorientado, sorprendido y sin saber que comentar.Solo dé que los cambios en las emociones son ordenados y hasta tienen visos de cierta lógica.
ResponderEliminarBesos.
El relato es fuerte, cuando una mujer se debe dejar esclavizar por unas circunstancias. Me ha gustado mucho como escribes.
ResponderEliminarun fuerte saludo
fus
Ese camino tiene mal final.
ResponderEliminarSiempre.
Que triste.
Besos.
No sería quien para juzgarla.
ResponderEliminarAhora bien, a esos machos impotentes y casposos les daba un par de hostias, y me quedaba tan a gusto.
Besos.
No, la huella de una injusticia, jamás desaparece...
ResponderEliminarVengo a dejarte mi siempre abrazo Midala.
Es un relato demasiado cruel y el final lamentable :(
ResponderEliminarBesos
hola, me gusto mucho tu relato, ya tiene sun nuevo seguidor.
ResponderEliminarsaludos desde Peru
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Conocí a una mujer que trabajaba así... al principio, mis prejuicios me cegaron y no pude ver más allá de las tonterías que la sociedad pseudo moralista había metido en mi cabeza.
ResponderEliminarPero después de escuchar su historia, de conocer su realidad, me dí cuenta que no era tan sencillo, que es fácil juzgar desde afuera... las "flores nocturnas" pueden ser tan dignas como cualquier otra persona, pero son tratadas de maneras demasiado injustas.
Saludos.
Hola! me ha gustado mucho tu relato, ya tienes un@ nuev@ seguidor@..
ResponderEliminarBesos de fresa!
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UYY QUE MIEDO
ResponderEliminarjajajajajjajajajajjaj, estas cosas...solo existen en nuestra imaginación!!!!!!!!o...............esoooo espero!!!!!!:):):)
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