Mónica siempre había sido tímida en exceso y eso era motivo de
problemas a la hora de relacionarse con sus compañeras de clase. Se ponía
colorada cuándo alguien le dirigía la palabra y eso le incomodaba mucho ya que
era motivo de burlas por parte de sus compañeras. En los recreos se sentía sola
y desamparada, ya que nadie le prestaba atención, era como si fuera invisible
ante los demás, nadie parecía verla ni saber que existía y casi era mejor así
pensándolo bien...porque cuándo no era invisible, el grupito de las más
rebeldes de la clase, la quemaban por su timidez y se metían con ella hasta
hacerla llorar.
Pero de un año para otro todo cambió. Mónica maduró de golpe con la
muerte de su madre y parecía que hasta su timidez había superado. Llegó al
colegio con energías renovadas y un aspecto distinto. Era una niña más segura,
menos ingenua y nada tímida. Era la hora de su venganza. Había comenzado desde
ya su plan urdido en las vacaciones. Comenzaría por María. Pero no tenía prisa,
lo haría con calma y sería su revancha. Un día que estaban juntas en el cuarto
de baño del colegio vio su oportunidad en bandeja. Estaban las dos solas y
urdió su plan rápidamente. Se acercó a María y le dio un pequeño empujón a lo
que María respondió gritando como era normal en ella. Mónica entró en el
retrete y pasó el candado. A los gritos de María entraron otras compañeras y
María salió pero todavía sus gritos sonaban por el pasillo. Pasados unos
segundos salió Mónica del retrete. Las compañeras la miraron despavoridas.
Mónica estaba con las medias bajadas y una de ellas rota. Su uniforme estaba
descolocado y sus pelos revueltos. Tenía un arañazo en la cara y lloraba. Entre
todas decidieron llevarla a la tutora, ya que todas habían visto salir a María
antes y gritando contra Mónica. El plan era perfecto. De la tutora pasó al jefe
de estudios y del jefe de estudios al director. María fue expulsada del
colegio. La primera estaba ya fuera. Su venganza surtía efecto. Ahora les
tocaba a las otras dos, Rebeca y Cris, y todo sería pan comido. Mónica estaba
muy atenta a todos los movimientos que pudieran hacer sus dos compañeras y
espera el momento idóneo para poder pillarlas a las dos juntas. Ese día ella
intentó quedarse de última en la clase y que picaran el anzuelo. Y así mismo
ocurrió. Mónica hacía que recogía sus cosas y las demás compañeras fueron
saliendo todas hasta que quedaron las tres solas. Rebeca y Cris se fueron
acercando lentamente a ella y le recriminaron su actitud, diciéndole que lo iba
a pagar muy caro. Mónica se acercó a la puerta y la cerró de golpe. Las otras
dos niñas comenzaban a levantar la voz lo cual aprovechó ella para tener otro
punto a su favor. Se rompió la blusa a lo que las niñas le gritaban si estaba
loca. Pero Mónica sabía lo que hacía perfectamente. Se acercó al encerado y sin
pensarlo se dio un golpe con la frente y se desordenó el pelo. Todo fue muy
rápido y no les dio tiempo a reaccionar. Las niñas solo gritaban que estaba
loca y Mónica aprovecho la circunstancia para ir a donde ellas estaban y tirase
al suelo. Se rebozó en el polvo del suelo mientras las dos niñas abrían la
puerta y salían gritando que estaba loca. Una de las profesoras entró en el
aula a verlas salir corriendo y se encontró con Mónica llorando y sangrando por
la frente con un buen chichón. No tenía consuelo, su llanto era desgarrador.
Con los ojos rojos y la frente con sangre fueron directamente al director.
Mónica era un alma en pena. Le contó al director entre sollozos que la habían
acorralado a la salida de clase y que le habían pegado...insultado y humillado.
Su cara era un poema y reflejaba la desesperación del momento. Y es que Mónica
estaba siendo una muy buena actriz. El problema eran las tres niñas que eran
rebeldes y díscolas. Mónica era una niña muy modosita y tímida y por
supuesto no dudaba de su palabra. Llamó a las niñas y mandó salir a Mónica.
Ella se sentía orgullosa de su gran hazaña. Había conseguido que tuvieran su
merecido. Por fin estaban en paz. El tiempo que ella había soportado sus burlas
había tenido su venganza. Todo eran mimos y atenciones para con ella, era el
centro de atención del profesorado y de las compañeras. Estaba henchida de
orgullo.
Y aunque buenas y malas artes las hay en todas partes...Mónica
descuidó tan solo un pequeño detalle. Rebeca había grabado todo en su teléfono
móvil. La expulsada fue ella y se convirtió en el hazmerreir de todo el
colegio. Su vida daba otro giro radical, la mentira tiene las patas muy cortas
y había sido pillada en su mentira. A partir de ese momento, hacer amistades se
convertiría en algo muy complicado para ella. Alguien siempre se encargaba de
mostrar el famoso video y daba con sus amistades al traste.
Arrieros somos; en el camino nos encontraremos.
Un relato verdaderamente interesante....
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Muy bueno el relato ... la venganza no trae buenos resultados...
ResponderEliminarJe, que vuelta de tuerca Midala! Casi, casi que la hubiese dejado salirse con la suya...
ResponderEliminarBesos!
Las compañeras tendrían que recibir el castigo que se merecen por afectar al comportamiento de Mónica. Cómo una niña sensible actúa de manera violenta? Es evidente que la dañaron emocionalmente, desde pequeña tuvo que soportar las críticas despectivas. En su cabecita creyó encontrar la mejor solución, no se hizo la víctima es la víctima autoagrediendose físicamente busca venganza sin darse cuenta que el castigo se lo da ella misma, todo por no aprender a ignorar ciertas personas que reflejan su inseguridad haciendo inferior a otras.
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