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miércoles, 18 de febrero de 2015

UN DÍA CUALQUIERA EN SU VIDA.

"Aquel día era como otro cualquiera, el cabreo permanente de Emilio siempre estaba ahí. Era el hombre del rictus enfadado. Cualquier excusa era buena para poner mala cara y que se apoderara de él un cabreo que le invadía desde lo más profundo de su ser, avanzando desde las palpitaciones aceleradas de su corazón, pasando por su garganta con un gruñido y terminando en su boca con todo tipo de palabrotas y gruñidos, pasando después al estado de enfado continuo. Y no es que la vida le tratara mal. Tenía dos hijos pequeños preciosos y llenos de salud y una mujer maravillosa, con una sonrisa permanente en sus labios. El refrán de que los polos opuestos se atraen en el caso de la vida de Emilio era cierto. Sabía que era un hombre agraciado en todos los sentidos, pero por más que intentaba quitar de su alma ese sentimiento de amargura no lograba arrancarlo de su ser. Su mujer siempre le decía que nunca le había ocurrido nada demasiado grave y por eso estaba siempre enfadado, ese enfado con el mundo era por no saber apreciar su vida lo suficiente. Quizás fuera cierto o no, pero le cabreaba mucho esa frase. Y... ¿es que había algo que no le cabreara?

Ese día había cogido el coche y tenía que acercarse a hacer unos papeleos en el banco. Ya le iba invadiendo ese enfado característico en él, y todo porque le parecía escaso el horario que tenía el banco para él poder arreglar sus finanzas. Quiso aparcar y no había sitio. El parquin estaba lleno. Por lo que comenzó el periplo de dar vueltas en redondo hasta encontrar un aparcamiento. Se metió por una calle de un carril y a lo lejos vio que salía un coche. De pronto se dio cuenta de que detrás venia una ambulancia y parecía que tenía prisa porque lo estaba dejando sordo. Pero Emilio se tomó las cosas a su manera, siempre con gritos y gruñidos.  Discutió con un anciano que estaba cruzando por un paso de peatones y no iba lo demasiado rápido que él deseaba, y no es que la ambulancia fuera con las luces encendidas y haciendo señales de desesperación. Eso se le daba exactamente igual. Los conductores de las ambulancias siempre tienen prisa. Siempre llevan las luces encendidas para molestar al personal. El conductor de la ambulancia le gritó por la ventanilla. La sirena pululaba y parecía hasta gritar, pero Emilio seguía discutiendo con el anciano a pesar de las protestas de los viandantes. El conductor se bajo angustiado y le grito que sacara su coche, que llevaba a un niño muy grave. El siguió discutiendo con el anciano hasta que consideró que ya había expulsado su ira. Miró al hombre y retrocedieron unos pasos hasta entrar en su coche, mientras el conductor le gritaba que habían perdido un tiempo que era vital. Aparcó su coche y la ambulancia pasó. La sirena era ensordecedora y el conductor iba haciendo gestos de desesperación cuándo pasó a su lado, mientras Emilio miraba con indiferencia y desagrado. Si total el hospital ya estaba a dos manzanas, no sería para tanto.

Entró en el banco y sonó su móvil. Escuchó el mensaje y comenzó a palidecer. Sus piernas flojearon y fue resbalando hasta caer de rodillas en el suelo, gimiendo y retorciéndose de dolor. El anciano que momentos antes había discutido con él entraba en ese momento en el banco y se acercó a ayudarlo. Acto seguido se fue acercando la gente. Gemía en el suelo y se agarraba la cabeza con desesperación. El anciano se acercó a su oído y le preguntó con dulzura qué era lo que le dolía, a lo que él le respondió que le dolía el alma, porque acababa de matar a su hijo. Iba en la ambulancia que él no dejó pasar."

El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos los caballos.
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Platón (427 AC-347 AC) Filósofo griego.





5 comentarios:

  1. lo comparti publicamente, me parecio un relato aleccionador para aquellos inconsientes que no se apartan del camino cuando viene la ambulancia, muy lindo.

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  2. Aleccionador, siempre hay que ser amables y sonreir,

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  3. Buenisimo
    Ojala quienes lo lean entiendan lo ques el karma o " no hagas a los demas lo que no quieres que te hagan a ti"
    Cariños

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  4. la vida nos da ejemplos hay que ser humanos con el prójimo

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