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lunes, 20 de marzo de 2017

ME MUERO.




"Sé que estás ahí. Te presiento. Lo hago desde hace un tiempo...pero ya  me eres indiferente. Me cansé de centrar mi vida solo en ti. Todo giraba alrededor tuyo. Mi vida eras tú. Pero ya se terminó. Mi vida es mía y me pertenece hasta que Dios quiera y tú no vas a ser el eje sobre el que yo gire. Tú formarás parte de mi vida pero nada más. Eres negra y oscura, hueles a podredumbre...todos te temen...pero formas parte de nuestras vidas. Nacemos y morimos. Sé que me acechas...lo sé, pero no pienso rendirme. Te lo voy a poner complicado. Voy a vivir felizmente mientras pueda y se terminó el pensar en ti."

Andrés era una persona hipocondríaca a tratamiento muy fuerte. Siempre pensaba que las enfermedades peores y más mortíferas las tenía él. Vivía toda su vida con ese eterno miedo al vacio...a la muerte...al no saber...

Toda su vida a tratamientos....depresiones...llantos y miedos. Su vida se perdió en un camino lleno de sufrimientos y miserias.... Siempre se iba a morir y tenía una enfermedad incurable. Sufrió lo inimaginable. Todo giraba en torno a las enfermedades y la muerte. El centro de su vida eran sus enfermedades inexistentes.
 Se encerró en casa durante muchos años para no contagiarse de nada...se lavaba sus manos 30 veces al día, si salía lo hacía con mascarilla, para no contagiarse de ningún virus. Su existencia era un delirio. Su padre murió y no pudo acudir al hospital. Lloró de impotencia y rabia pero su enfermedad era más fuerte que él. Escuchó comentarios hirientes de sus hermanos por no acudir a despedirlo. Pero no podía. El miedo y el pánico lo sumían en la más profunda de las desesperaciones... Sus pulsaciones se aceleraban y toda una cadena de síntomas parecía atacar todo su cuerpo. Y...se paralizaba. Se quedaba a solas con su miedo. Y su vida se perdía en medio de ese sufrimiento constante, esas taquicardias permanentes y esos sudores imposibles de aguantar, llantos, más llantos, y una vida vacía y llena de sufrimientos.

Hasta que llegó el día en que le dijeron que tenía una enfermedad terminal. Un mes como mucho.  Todo hubiese sido de otra forma si hubiese acudido antes al médico. No le habría pasado nada. Pero ahora ya era muy tarde, no tenía solución. El fin era irremediable.

Y Andrés....sintió alivio. ¡Por fin! Tantos años temiéndola...tantos años que parecía que la llamaba y ahora... ¡estaba ahí! El alivio se convirtió en tranquilidad. Nadie lo entendía pero él no buscaba ya el entendimiento de nadie. Buscaba su propia paz. Y por fin lo había conseguido. Ahora tenía ganas de vivir y de enfrentarse a la vida. Enfrentarse a sus miedos sabiendo que los tenía controlados porque...lo acechaban y lo buscaban. Y ahora sí que no tenía escapatoria. La certeza lo relajaba...el miedo había desaparecido y dado paso  a la hermosa vida que siempre había temido.

Vivió mes y medio y cada día fue intenso y lleno de paz. Hizo cosas que jamás pensó que fuera capaz de hacer. Vivió intensamente ese tiempo...sin miedo. Fue al cementerio a hablar con su padre, a decirle que se iba a ir con él y que lo perdonara. Fue al hospital a ver a un amigo, a la playa....a tomar el sol...ese sol cancerígeno y se bañó en esa agua infestada de plomo y porquería. Se sentó en terrazas a tomar un refresco sin limpiar el vaso ni agarrarlo con una servilleta. Se sentía feliz...muy feliz....a pesar de que su gran miedo lo acechaba. Pero estaba tranquilo. Quería vivir el tiempo que le correspondía lleno de paz y serenidad. Su miedo había desaparecido.

 – “La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos”. – Antonio Machado (1875-1939), poeta español


3 comentarios:

  1. Hola de nuevo.
    Un consejo. Final del tercer párrafo. Verás tres yes seguidas. Prueba a modificarlo usando algunas comas.
    Espero haberte ayudado.
    Un saludo

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