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jueves, 26 de mayo de 2011

Elvira, la modista discreta

Elvira, era una de las mejores modistas de su ciudad. Sus mejores clientas, eran gente de la alta sociedad. El taller de Bibi, estaba siempre lleno de gente. Tenía 9 máquinas de coser y con ella, eran 10 empleadas. Cosían casi todo a mano. Bibi, había aprendido a coser de pequeña, pués en esa época, los padres era lo que enseñaban a los hijos. Y Bibi, vivía muy bien de su trabajo. Tenía una casa muy antigua en pleno centro, con una cristalera muy grande que daba a la calle.Antes de llegar a la balconada, había una habitación muy grande con un espejo enorme,que era donde las clientas se probaban los modelos.

Su vida transcurría entre telas y secretos. Se juntaba lo mejorcito de la ciudad, para preparar el vestido de tal fiesta o o tal cóctel. Ella era sabedora de los secretos de sus clientas. Le contaban todo. Pero sabían, que Elvira, era discreta y que jamás contaría nada. Ella cosía y hacía ojales, escuchando a la señora de Albeniz, contandole que tenía un amante,al que quería mas que a su vida.  La señora de Ruíz, le contaba que Franco iba a perder la guerra. Qué ella ,conocía a una señora, que ayudaba a pasar gente a Francia, para escapar de España,  "fijate que horror,con lo bien que se vive aquí con Franco...que cosas hace la gente".

 Elvira era muy querida por sus clientas y por sus maridos. Era una mujer callada, que destacaba  por su sencillez y discrección .A su puerta acudían gentes de clase muy alta. El Almirante Coramina acudia muy a menudo a buscar a su mujer,en el coche oficial. Elvira estaba cómoda en ese ambiente.Se amoldaba a su clientela, y a sus altos vuelos. Escuchaba,oia y callaba. Sacaba siempre beneficio de lo que se comentaba en su taller de costura.Pero por supuesto,su silencio era su dogma de vida.

Cuándo caia la noche y ya se encontraba sola, cerró todas las puertas. Fué a la cocina. En una bolsa, metió pan, leche y una mantequilla que le había traido la mujer del coronel. Apagó las luces y encendió un mechero. Despacio y sin hacer ruido, bajó  al sotano. Quitó un baúl, para poder acceder a una puerta chiquitita que estaba detrás,sin hacer el minimo ruido..Cuatro ojos, la miraron  en la penumbra de una vela, cuatro ojos que esperaban la comida y la ayuda de Elvira para pasar a Francia.

Nunca te fies de lo que tus ojos ven.
Sigue tu instinto.
Permita que su discreción sea su tutor; ajuste la acción a la palabra, y la palabra a la acción.Shakespeare,William.

4 comentarios:

  1. Muy bonito relato, que no se si es verídico, pero muy real
    ME HA RECORDADO MIS TIEMPOS JÓVENES, QUE COSÍA A MEDIDA, Y TENÍA COMO ELVIRA,mis clientas, a las que escuchaba, y muy discreta, como Elvira, nunca descubría , porque me explicaban sus secretos mas íntimos.
    Si podía, las aconsejaba, pero siempre para ayudarlas... Me ha gustado mucho
    Un beso
    Leonor (Merana)

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  2. Amanda, aunque cobraras (es broma) algo por los cometarios estaría bien pagado por el placer de leer tus relatos, pues los valoro mucho por la sencilla razón de que tengo algunos “pinitos” con algunos escritos que tengo hechos y cada vez que los leo o releo me gustan menos y acabo rompiéndolos, de lo que he publicado en BM siempre me arrepiento de haberlo hecho pues no logro expresar como quisiera mis pensamientos.
    Un abrazo de José

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  3. Gracias Leonor.¿Qué casualidad no?Osea que te puedes meter perfectamente en el papel de Bibi:):)
    Muchisimas gracias por leerme y dedicarme un rato de vuestro tiempo.

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  4. Mil gracias anónimo Jose!!!El placer siempre es mío, por los comentarios que me poneis. Ese es el gran placer. Y nunca,tires nada Anónimo,es una pena.Y tampoco te arrepientas.Yo a veces, tampoco soy capaz de expresar lo que quiero,pero...tiempo al tiempo!!!!Aquí hay que ser optimistas:):)Besitos y mil gracias

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