Me marcaron tus andares andaluces!!!!!

 Robert, había llegado a Sevilla en plena ola de calor. Quería conocer la Giralda, la plaza de toros...la catedral...
el pintoresco barrio de Santa Cruz;  repleto de  callejuelas y rincones con encanto.Sus amistades le hablaron de Sevilla como una ciudad mágica, con estrechos callejone y patios repletos de flores, desprendiendo olor a jarmín.Llevaba la guía repleta de sitios que tenía que ver, era impresionante aquella ciudad y solamente estaba bajando del avión y ya quedó maravillado.

Paseó por la plaza de España donde su arquitectura lo deslumbró.El parque de María Luisa a su lado con sus carruajes de caballos, algo que lo dejó enamorado.Quiso sentarse en el parque a beber agua, pués no estaba acostumbrado a esos calores tan insoportables. El termometro marcaba 45ª, aquello le parecía el infierno en hermoso. Enfrente de él, había una mujer . Nunca había visto nada tan bonito ni hermos. La mujer estaba sentada en el banquillo, igual que él, y miraba pasear a la gente sonriendo. Era de pelo largo y negro, de tez oscura y tenía un lunar en una de sus mejillas.Robert la miraba embelesado, pensando en la belleza andaluza que tenía enfrente de sus ojos. La mujer lo miró y sonrió, se levantó y comenzó a andar. Andaba con un movimiento de caderas insinuante...y su sonrisa era provocadora. La vió alejarse y le invadió una enorme tristeza sin saber el motivo. Pensó volver al día siguiente y a la misma hora y entablar una conversación con esa mujer que lo había cautivado.

Al día siguiente y a la misma hora, se volvió a repetír la historia pero Robert no desaprovechó la ocasión de presentarse ante la joven andaluza.

- Bonito día tienen ustedes en esta ciudad. En la mía llueve mucho.

- ¿No es usted de aquí verdad?

- No, soy inglés y vengo a conocer Sevilla.

Entablaron una conversación sobre la ciudad. Ella se llamaba Rocío y le contó las maravillas de Sevilla. El la miraba pensando que era la mujer más bonita que había visto nunca. Sus ojos negros y profundos ...su pelo negro como el azabache...y esos andares andaluces que lo estaban volviendo loco. No sabía decír si fué un flechazo o un amor a primera vista, pero lo único que sabía es que jamás se separaría de esa mujer. El no tenía prisa en volver a su tierra, sus negocios estaban en buenas manos y necesitaba un merecido descanso.

Los días fueron pasando y estaban juntos a todas horas. Robert sabía que Rocío era descendiente de gitanos.Vivía en Triana, un barrio donde habitan muchos gitanos, al borde del río Guadalquivir. El tiempo fué pasando y era momento de emprender el viaje hacia su casa. Robert, le dijo a Rocio que se fuera con él.Qué se casaran. El podía darle todo lo que ella necesitara y la amaba profundamente. Cosa....que Rocio ya sabía. Pués el primer día que vió a Robert en el jardín, lo reconoció como un rico heredero inglés. Ella leía las revistas del corazón y había visto a ese hombre en ellas, y sus distintas casas y mansiones. Ese mismo día, le hizo un hechizo gitano. No amaría a otra mujer que no fuera ella.

En lo concerniente a las grandes sumas, lo más recomendable es no confiar en nadie.

Agatha Christie (1891-1976) Novelista inglesa.