Hoy, 15 de diciembre de 1945 es el día en el que mi vida, no volverá nunca más a ser como antes. Dicen que siempre hay un antes y un después, el mío, se cumple hoy. A partír de hoy, nada será igual. Trasladaré de un sitio a otro mi tristeza, cada día será más grande la carga y la culpa y sin embargo, tomada esta decisión, tengo que intentar sobrevivir con ellas.
Mi historia, es como tantas otras, me imagino.Comencé a trabajar sirviendo en la casa de los señores del pueblo. Tenían una mansión enorme, y ellos casi nunca vivían en ella. Tenían casas en diversas partes del mundo y mi tarea consistía en tener la casa limpia y ordenada, por si en algún momento los señores se presentaban, tenerla lista.Eramos varios empleados, todos del mismo pueblo. Una noche, los señores llegaron con sus maletas y una algarabía de gente. Venían a quedarse una temporada y traían compañia. Daba la sensación de que todos venían muy contentos y alegres. La casa, por supuesto, estaba en orden y lista para habitar. Entraba gente y más gente en el recibidor, todos en medio de un jolgorio de risas desenfrenadas y alegría contagiosa. Enseguida nos repartimos las tareas y en dos horas teniamos a los huespedes acomodados y a los señores con su baño ya preparado, mientras en la cocina, los fogones ya estaban dando calor a la habitación, y el olor a comida empezaba a impregnar los mandilones de las cocineras.Eran 20 personas a las que teníamos que atender y prepararles la cena, 20 personas que estaban hambrientas y exhultantes de alegría. Nos enteramos de que acababan de llegar de un viaje a la India, y venían a descansar al pueblo.
Poco a poco, la gente se fué marchando a sus casas y ese invierno frío, volvimos a quedarnos en la casa con los señores y un matrimonio más. Las tareas se llevaban muy bien pués estabamos acostumbrados a tener la casa siempre con mucha gente, y 4 personas no eran nada. El contacto que teniamos con los señores en realidad era casi nulo, pués pasaban a nuestro lado y casi ni nos veían. Recibiamos ordenes de mantener la casa limpia y poco más. Yo era muy joven, tenía 17 años. Era alta y hermosa. Y trabajaba para poder llevarles el dinero a mis padres y hermanos. Una noche, en la que ya estaba la mesa puesta para que los señores se sentaran, fuí a la bodega a buscar el vino. Sin yo darme cuenta, vino detrás de mí, el marido de la señora que acompañába a los señores. Entró conmigo en la bodega y cerró la puerta. Era imposible que nadie me oyera, y mis gritos se perdieron en la noche. Cuándo se lo conté a la señora, se rió de mí y me dijo que me fuera a mi casa y no volviera nunca más por mentirosa. Pasé 9 meses encerrada en casa de mis padres sin salír. No teníamos que comer, pués mi sueldo era el único en casa, y ahora a mayores, estaba yo. La situación era desesperante. Y mi barriga crecía cada día más. Yo le hablaba a mi hijo y le contaba día a día lo que acontecía y le prevenía de que la vida no sería fácil.
El día 15 de diciembre de 1945 dí a luz a la niña más hermosa del mundo. Mi madre la envolvió en una sabana y se la llevó corriendo.Mis gritos desgarraban mi alma y mis lagrimas corrian por mis mejillas como si de rios se tratara..
Cuándo volvió, dijo que la dejó en un sitio seguro, muy lejos de mi casa.
Volví a encontrar trabajo en otra casa, pero arrastraba una pena tan grande que me echaron por que decían que les daba "malas vibraciones". Volví con mis padres. Yo desde aquel día en el que ví salír a mi madre de casa con mi hija en brazos,dejé de hablar. Me había quedado muda y era una carga para todos. Una noche, salí a hurtadillas de casa de mis padres y decidí marcharme.Pasé días y noches andando sin un rumbo fijo. Hasta que llegué a las puertas de un convento. Llamé a la puerta y me abrió una monjita. Me dieron cobijo y trabajé para ellas durante muchisimos años. Fuí felíz allí. Cuidaba de las monjitas y de los niños que tenían a su cargo. Quizás, entre ellos, estaba mi niña. Nunca lo supe. Solo se que nunca volví a verla y yo jamás recuperé el habla. Con los años, oí que el matrimonio, amigo de los señores, se habían muerto en uno de sus viajes por la selva. Y a mis señores, les ardió la casa. No les deseaba ese mal precisamente pero...así es la vida.!
A cada pez le llega su vez.
Uy... puede que todos hayan tenido su merecido...
ResponderEliminarla justicia divina... que lo llaman. NO?
Me gustó muchisimo midala.
Besitos :)
Hola Midala
ResponderEliminarUn relato triste, aunque mucho me temo que algunas personas han vivido lo que escribes.
Besotes.
Qué desgarrador! pero que puede ser real. Y esos abuelos no sentir nada por esa criatura? pero claro, si no lo sintieron por su propia hija...Uffff...tremedo relato!
ResponderEliminarBesazosss!!!
La vida es así, y cofio que pase factura a todo el mundo sobre todo a aquellos que creen que el mundo y la gente les pertenece y abusa constantemente de su fuerza. Me ha gustado mucho tu relato y aunque el final es triste me parece justo. Un bessito preciosa
ResponderEliminarEs muy importante que hayas mencionado una fecha muy anterior...porque en estos días ese tipo de historias es casi improbable y es que sin quitarle valor a tu relato, una versión moderna sería la de una hija que se aprovecha del sentido maternal de una abuela y no bien dado a luz ya estaría de nuevo en la calle...y lo del abuso del señor rico estaría por verse, que las chicas de hoy buscan cubrir sus necesidades venga de donde venga..
ResponderEliminarNo generalizo, solo que los tiempos cambian..
Buen relato..medio estilo Corin Tellado sin final feliz...bsos
Y algunos insisten en que al final del camino las cosas, de alguna manera u otra, se acomodan... Puede ser, aunque dudo mucho de la interpretación que la vida haga del verbo acomodar.
ResponderEliminarUna historia conmovedora, cada uno pasó por su fuego (eso es vivir),
Me encantó el título. Porque la compasión no tiene nada que ver con el amor; la comprensión y el respeto si.
Abrazo gigante!
Una historia llena de acciones que no deberían haberse llevado a cabo jamás...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho porque hay mucho sentimiento en tus palabras!
Un beso muy fuerte!! ¿Ya estás completamente recuperada? ¡Dime que sí! Mua!
Es un relato emocionante y con un ritmo fantástico. Está muy bien escrito.
ResponderEliminarPor desgracia es una historia de tantas, un tiempo que parece pasado... pero que nunca pasa.
Saludos.
¿Creemos en el destino? Parece que por lo menos es demostrable que a veces existen circunstancias predecibles o justas. Abrazos
ResponderEliminarEste relato, ha dejado diferentes puntos de vista, son interesantes. Por desgracia, esto ha pasado infinidad de veces, se ha repetido con diferentes matices, y solo nos deja constancia de la maldad y frialdad del ser humano.
ResponderEliminarEspero que esté mejor.
Un abrazo.
Historias de vida triste que las hay. Los males producidos se pagan en este mundo.... Maravillosamente logrado. Un abrazo
ResponderEliminarAquí lo dicen de otro modo.. a cada cerdo le llega su san martín... pero para el caso es lo mismo.
ResponderEliminarY es que la gente mala se merece de vez en cuando que le den un poco de su propia medicina.
No es bueno desear el mal a nadie,pero esta gente sin escrúpulos incapaz de reconocer la belleza en los ojos inocentes y que se creen superiores porque si... me superan.
Pobre muchacha, no quiero imaginar que es perder un hijo despues de haberle oido llorar... si ya sin oirle es una pesadilla permanente en tu vida, como una marca que no se borra de la piel...uffffffff
Que triste relato Midala... pero precioso.
Un abrazo grandote mi niña... cuidate mucho vale??
Besitos mediterráneos.
Cuantas tragedias ocultas en el silencio de los pobres...
ResponderEliminarQue pena.
Besos.
Hola Midala...es una historia muy bien contada, tritísima... los paradigmas de aquellos tiempos no perdonaban los errores, ni siquiera los accidentales...eran tiempos muy duros. Pero actualmente también hay situaciones muy tristes, porque muchas jóvenes que se embarazan sin desearlo, recurren al aborto. Este mundo sale de una etapa mala y cae en otra peor...Bueno...Es un placer leerte, recibe un fuerte abrazo. QDTB.
ResponderEliminarNos has dejado un bello relato sobre una historia triste, pero real como la vida misma...
ResponderEliminarBesos guapa!
Mi querida Midala,
ResponderEliminarqué alegría leerte de nuevo. Espero que estés cada día mejor y que todo haya salido como deseabas. Te echaba de menos.
La historia es preciosa, me hizo pensar en los libros que leía de señores abusadores y criados martirizados. Me ha gustado mucho.
Te mando el más dulce de los abrazos, querida amiga.
Hoy no tengo ni tiempo de leer tu entrada, discúlpame.
ResponderEliminarPero estoy intentando comunicarme con todos los amigos para contarles que, nuestro querido André, se encuentra un poco delicado y a la espera de los resultados de unas pruebas que le han hecho.
De momento está animoso, pidamos para que pronto pueda estar entre todos nosotros.
Abrazos.
Kasioles
Pienso que es una historia sin fecha; siempre se repite, siempre la sufre el más debil.
ResponderEliminarTriste el contenido pero atrapante narración.
Espero que pronto estés totalmente recuperada. Un abrazo
Un relato que sigue siendo actual. Ocultando las maldades de los señoritos...sufriendo en el más absoluto silencio.
ResponderEliminarPrecioso y verdadero. Te felicito.
Un abrazo