Dices que esto es una mierda. Te pasas el día diciendolo y yo te escucho. No protesto,tan solo te escucho. Hablas de lo mal que está el país, de que la vecina del cuarto se quedó en el paro, que su marido está haciendo chapuzas...de que la del bajo, a cerrado la tienda...que si con el PSOE ibas mal, que si ahora con Mariano también, que esto no tiene solución, que volvemos para atrás en vez de ir para adelante, qué vamos a pasar mucha hambre. Yo te escucho y no protesto.
Hoy llegaste desesperada, habías ido a casa de tu hermana y al volver, nada más abrir la puerta, te lo encontraste de frente. Fumaba ansiosamente un pitillo y te lo dijo de golpe "estoy en el paro, me acaban de despedír". Tú comenzaste a llorar desconsoladamente y él, trataba de tranquilizarte diciendote que encontraría algo.
- ¿Algo de qué Juan? de nada,sabes que no encontraras nada más que chapuzas para tirar. Y mira lo que se nos viene encima.
Yo escucho, y no protesto.
- Mariano se quedó en el paro y trabajaba en la banca- gritabas tú-¿ y ahora que hace? Nada Juan, dar vueltas por la casa y cansado de buscar trabajo ya ni lo busca. Juan, ¿qué vamos a hacer? Dios mío, que podemos hacer. Tenemos todo a medio pagar, el piso, el coche, la plaza de garaje. Acabamos de pagar el primer plazo de la obra del tejado del edificio. !Dios mío Juan que vamos a hacer!. Tú sueldo es el que entra en casa, yo ya llevo muchos meses sin cobrar el subsidio de desempleo. Confiabamos en qué tú trabajo era para toda la vida y ahora? ¿qué vamos a hacer?. Juan, fuma compulsivamente y sabe que el futuro que les espera va a ser muy duro, demasiado duro para estar tranquilo. No tienen nada ahorrado. Nunca pensaron que esta situación se les podía plantear a ellos. Vivían al día, como casi todas las parejas. Nada de viajes, nada de cenas, pero no les faltaba de nada necesario. Incluso se podían permitír el lujo de plantearse tener un hijo. Y ahora, todos sus planes se venían abajo. Su vida se desmoronaba y sus ilusiones se iban por el retrete. El miedo se empezaba a apoderar de los dos. Se abrazaron y lloraron en silencio.
Yo escucho y no protesto. Pero actuo. No es el momento de venir a este mundo. Vosotros sois mis padres y os quiero aún antes de nacer, pero esta...no es la mejor época para nacer. Papá.... mamá...no voy a nacer. Hoy será el final de mis días. No os disgusteis, es lo mejor. Llorareis unos días pero pronto los problemas harán que os olvideis de mí. Vendrán tiempos mejores y será el momento de plantearse el tener otro hijo.
Al momento, Ana, notó unas contracciones.Estaba embarazada de 3 meses. Pasó un día ingresada y volvió a casa ya recuperada.
- Juan, es mejor que hubiese pasado así- se intentaba consolar- para traerlo al mundo y no poder darle ni de comer, es mejor así ¿no te parece?
Desde el cielo, el pequeño sonreía, los seguía escuchando...
Es cierto lo que dices, en las adversidades debemos sacar fuerzas para afrontarlas, no hay duda de que al final, nuestro corazón se habrá recubierto de una costra dura y fuerte, no nos queda más remedio que aprender a superar los fracasos y aún más, tratar de salir fortalecidos. No todas las personas llegan a lograrlo.
ResponderEliminarTu relato, hoy en día, puede ser un hecho que se repite en muchas familias.
Te dejo un fuerte abrazo.
Kasioles
lA FRASE FINAL EL CORAZON SE ROMPE O SE CURTE. ESO ES UNA GRAN VERDAD. MIL BESOS
ResponderEliminarQuerida Midala, es otro de tus maravilosos relatos a que nos tiene acostumbrado
ResponderEliminarBesosssss
Debe ser la búsqueda usual ante el dolor de las cosas consumadas,,, pensar que lo sucedido es lo mejor posible.
ResponderEliminarY es el habitual problema con las burbujas (inmobiliarias, económicas o de cualquier tipo), cuando se rompen también se rompen las vidas que encierran por dentro.
Muy buena la cita de Balzac, de la oscuridad se sale con nuevas luces en el espíritu.
Un gran abrazo desde el sur.
Hola Midala...el relato es impactante, con un final muy triste...lo ciero es que no son tiempos para nacer...pero hasta cuándo? Sólo Dios lo sabe... Un placer leerte, recibe un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMalos tiempos para venir al mundo; desde hace muchos años, ahora más, los niños no vienen con un pan bajo el brazo, más bien son cargas pesadas, muy pesadas.
ResponderEliminarUn saludo
Muy bonito y realista el relato. La vida misma con el toque de tu sentido emocional.
ResponderEliminarRedactas muy bien y es un placer leerte. Sigue y sigue.
Ya has dado tu opnión, ya te has posicionado, yo comparto tu opinión y me posiciono a tu lado.
ResponderEliminarMe has sorprendido gratamente con la cita de Honore Balzac.
Un saludo, sigues siendo la piedra de toque, ya lo sabes.
Correspondo a tu visita a mi rincón y me encuentro con este relato cargado de realidad y tristeza.
ResponderEliminarMe quedo asomado a tu ventana, vecina.
Ha sido un placer.
Un saludo.
Contundente relato, Midala, no puede dejar indiferente a nadie.
ResponderEliminarSituaciones como la que describes se repiten muchas veces desde hace tiempo... Esa niña que iba a nacer... no sé que decir... Tal vez lo que pasa es que soy un romántico sin solución, pero me hubiera gustado que hubiera nacido. La hubiéramos podido llamar Esperanza ¿no?
Besos
Me ha gustado MUCHISIMO esta perspectiva que has elegido pero no tanto esa elección que tuvo el pequeñin, se sacriificó el solito...
ResponderEliminarMe apenó...
Un beso grande :)
A la fuerza se tiene que curtir el corazón, instinto de supervivencia, es que no queda otra.
ResponderEliminarBesotesssss!!!
Agradezco su presencia en mi blog, La joroba del camello. Creo que a atrvés de ste relato, refleja la crisis que vive España en materia económica, tan grave que ha llevado al despido de personal, para redicir el personal de las empresas. Un texto bastante dramático. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarNo creo que si la mamá hubiese escuchado los pensamientos de este pequeño le hubiese dejado ir. A veces es mejor comer patatas y huevos pero tener la sensación de seguridad que da la unión de una familia.
ResponderEliminarBesos, Midala, que estremecimiento me has hecho pasar. Y es que transmites emoción en cada escrito.
Uf... sonreía porque no llego a existir, su primer y último favor. En fin, quitando la parte fantasiosa fiel retrato de lo que acontece en muchas familias de este país.
ResponderEliminarBuenas historias. Un abrazo.
Que triste Midala, talves si nacía la ilusión de verla haría que todo fuera mejor. Pero, no fue tiempo de nacer.
ResponderEliminarComo siempre, muy linda entrada. Un beso
Este me ha dolido.
ResponderEliminarQue pena...
Saludos.
Lo cruel no es que el niño sonría desde el cielo. Lo cruel, hasta espantar, es la sensación de alivio que queda a los que quedan en la tierra.
ResponderEliminarSaludos.