"Sangre de nuestra sangre y carne de nuestra carne....amor de mis
amores. Por ellos daríamos la vida... son nuestra gran hipoteca de por vida. El
amor incondicional de unos padres hacia sus hijos...sin restricciones de ningún
tipo...sin ataduras...sin reproches...un amor limpio, donde todo lo das sin
esperar nada a cambio...
Mi madre, cuándo nací me puso de nombre, Dolores. Yo me reía y le decía
que no había podido escoger un nombre peor...yo nunca me quejaba de ningún
dolor. Pero mamá algo debió de ver en mí...que escogió ese nombre. Mi vida fue
alegre y divertida. Me casé joven con mi novio de toda la vida: Andrés. Nos
casamos con 18 años como se casaba antiguamente y pronto nos vinieron nuestros hijos.
Eran niños queridos y deseados con toda nuestra alma. Primero llegó Andresito y
después Carlitos. Eran dos niños listos y espabilados, alegres y dicharacheros.
Fueron nuestra ilusión desde el mismo momento en que llegaron. Andrés padre,
trabajaba horas extras para que no nos faltara nada y muchas veces llegaba a
casa extenuado, pero a él le era igual...siempre sacaba una sonrisa y se tiraba
en el suelo a jugar con los niños a los coches o les montaba el fuerte y
jugaban a los indios y vaqueros, interminables horas para mí en las que ya
deseaba acostarlos y ellos se olvidaban de la hora...subiendo montañas con los
indios....llevando a los caballos a beber al río que Andrés les hacía con papel
albal...esos eramos nosotros...y esos eran mis hijos....
Pronto crecieron...porque ni nos dimos cuenta...un día nos fijamos que
Andresito tenia la mancha del bigote y todo fueron risas y más
risas...Andresito se estaba haciendo mayor...y pronto lo siguió Carlitos...Mis
niños habían crecido y comenzaban a hacerse hombres.
Fueron buenos estudiantes por lo que no hemos tenido ningún problema
con ellos...nunca les decíamos lo que tenían que hacer porque eran niños
responsables que ellos solos hacían sus deberes...y siempre sacaban buenas
notas. Andrés pronto saco novia, Adela y su hermano era más de tener "rollitos"
como él siempre decía. Pero nunca nos dieron problemas...eran niños estudiosos
y trabajadores....alegres y divertidos.
Terminaron sus carreras, Económicas y Periodismo. No podíamos
estar más orgullosos de nuestros hijos. Solo teníamos una pega...que trabajaban
mucho...muchísimo...y poco los veíamos. Cuándo llegaban por las noches a casa
estaban cansados y de mal humor, ojerosos y con mala cara. Cenaban y se iban a
sus cuartos para volver a comenzar al día siguiente sus tareas.
Recuerdo uno de los primeros días más horribles de mi vida. Entre en
la habitación de los niños...quería llevarles un vaso de leche caliente...entré
en la habitación cosa que nunca solía hacer sin llamar, y los encontré a los
dos sentados en el suelo...con una cuchara y un trozo de papel albal...algo
calentaban y sus ojos se cruzaron con los míos...el miedo se apoderó de mi alma
y el terror recorrió mi cuerpo. Ni tiene que decir que la leche terminó por los
suelos y rápidamente lo que había visto desapareció.
Ese fue el comienzo de nuestra peor pesadilla. Cuándo nos dimos cuenta
era demasiado tarde...llevaban muchos años haciendo "eso" y nosotros
sin enterarnos....Trabajaban demasiado pensábamos nosotros...ilusos...No
supimos ver la realidad. Mis dos soles...los dos...eran grandes consumidores de
heroína. Ellos decían que sus trabajos eran muy estresantes...que les exigían
demasiado y que tenían que darlo todo y más para mantenerse en su puesto de
trabajo. Claro...disculpas...ponían excusas para justificar lo que hacían.
Ya no eran críos...tenían ya 30 años y seguían en casa con nosotros...ahora
entiendo el porque...todo lo que ganaban lo gastaban...no había esas cuentas
que ellos nos decían....esas cuentas llenas de 0....
Y ahí comenzó el gran deterioro...los metimos en un centro a los
dos...pero no sirvió de nada...ellos no querían dejarlo...volvieron para casa
pero ya sin trabajo...nos robaban lo poco que teníamos...y llegaban a casa
"colgados"...aprendimos su jerga y a distinguir como venían por sus
miradas....Lo hicimos todo por ellos...los íbamos a ver a la cárcel
cuándo habían atracado o cuándo habían robado bolsos...nuestra vida estaba
desmoronada....mi marido estaba hundido y yo...Dolores...como me había puesto
mi madre....tenía un dolor tan grande dentro que me perforaba hasta el alma....
Cada vez llegaban a casa peor y... era imposible controlarlos...les
daban ataques y rompían todo cuanto tenían a su alcance...dolor y rabia se
mezclaban en nuestras cabezas y amargura en nuestro corazón... impotencia de ver
sus vidas rotas y las nuestras ya sin razón para seguir adelante.
Una tarde hice lo que jamás habría imaginado nunca...me fui a donde
ellos van a coge sus dosis y allí compre dosis en abundancia. Llegué a casa y
preparé cuatro dosis. Sabía cómo se hacía. Mi Andrés me miró y me dio su
consentimiento.
- Hazlo, cuánto antes terminemos todos con esto mejor.....
Cuando llegaron nuestros hijos, como dos perro-flautas...ansiosos...
enloquecidos...les dije que hoy se la prepararía yo, que no sufrirían más...ni
ellos ni nosotros. Ellos no se enteraban de lo que yo estaba tramando porque no
se enteraban de lo que ocurría a su alrededor...pero ese día...ese día de
desesperación e impotencia, fue el día en el que decidí que no perdería a mis
hijos...a mis dos soles...a mis dos amores....
Ese día fue el comienzo de una nueva lucha pero con más fuerza. No voy
a decir que la lucha fue fácil...no...Fue muy dura...pero ahí
seguimos...peleando para recuperar a mis dos "niños"...La
desesperación me llevo a casi cometer un error....el más grande de mi
vida...pero me día cuenta a tiempo de que tenía que volver de nuevo a
pelear...por ellos y por nosotros...por recuperar nuestras vidas...
Hoy seguimos en la lucha diaria."
Esto es un simple relato de ficción. Gracias a Dios, no tengo nada que
ver con Dolores, pero sé que mucha gente sufre como esta mujer. Por esas
familias que luchan...que lo pasan mal...hoy quiero dedicarles este crudo
relato.
¿Qué
es una familia sino el más admirable de los gobiernos?
Un relato muy crudo; de una realidad por desgracia de muchas familias...me ha gustado el relato a pesar de estar basado en lo que está...un besote.
ResponderEliminarMuy bien, Midalita. Bonito cuento truculento y triste de familia destruída pero lo presentas de maravilla.
ResponderEliminarUna historia terrible por lo real, Midala. Tal como dices, cuántas familias, cuántas vidas destrozadas, cuánta impotencia, cuánta rabia.
ResponderEliminarGran relato.
Un abrazo,
Es una dura realidad, y no me extraña que en un momento se pierda la cabeza y se cometa una locura. Menos mal que no fue el caso.
ResponderEliminarBesotes mi niña!
esta muy buena la trama, pero el final no es muy claro. Sigue escribiendo, lo haces bien. Solo recuerda que la gente no lee tu mente así que lo que pienses tendrás que contarlo con lujo de detalles. Los primeros párrafos,excelentes ganchos.
ResponderEliminarok, de acuerdo.Me parece muchas veces que si sigo...puede ser demasiado trágico???puede que ser tocar la parte más cruel de las historias y por eso corto cuándo pienso que ya es demasiado.Gracias!!!!Intentaré plasmar todo hasta el final....:):)
EliminarQuerida amiga, es un relato duro pero con esperanza, para muchas familias que sufren el fantasma de la adicción
ResponderEliminarUn abrazo
Existen multitud de casos como el que describes. Hace años había fábricas que pagaban sueldazos a sus trabajadores, con la condición de que hiciesen una doble jornada. El sobreesfuerzo, el estress por mantener la estupenda paga era enorme, solo que al final la gastaban en coca para poder mantener el ritmo.
ResponderEliminarNo es un relato de ficción, en todo caso no es un relato autobiográfico, la historia que cuentas es muy real, ¿cuantas familias han pasado por eso?, muchas y con resultados, en algunos casos, muy trágicos.
ResponderEliminarUn saludo.
Efectivamente Manuel...mil disculpas!!!!!!!
EliminarPensé que era una realidad tuya, pero al final menos mal que aclaraste. Realmente existen muchas familias que conllevan este flagelo y es muy traumático para todos. Excelente historia. Saludos. Puertoarial.com
ResponderEliminarHola, no se si salio mi otro comentario, es que con el celular se complica. Excelente relato, en un principio pensé que se trataba de una realidad tuya, pero aclaraste al final. Realmente hay familias que conllevan este flagelo y es muy complicado. Saludos. Puertoarial.com
ResponderEliminarUn intenso relato que nos ha hecho "ver" a Dolores en esa cruda realidad que has "creado"...
ResponderEliminarMark de Zabaleta
Un relato que llega al alma por su cruda realidad.
ResponderEliminarSon muchas las familias que lloran por este flagelo, tuve una compañera de trabajo, que perdió a su único hijo de 31 años por una sobredosis y lo peor es que pensó estaría drogado como siempre al verlo en la cama y siempre se ha reprochado quizás se hubiera salvado, pero lo habían internado muchas veces y siempre recaía, toda una familia destrída, ella no pudo trabajar más y el padre es un guiñapo.
Dios nos asista...
Abrazos miles, Midala
Es un relato estupendo Midala, no veo que falte añadir más, has puesto lo necesario para plasmar la ilusión, la lucha, el amor, la tristeza, la desesperación y la esperanza de Dolores.
ResponderEliminarMuchos besos!!
Es muy triste este relato, cargado de dolor y de una realidad demasiado cercana a todos. Con el taxi tan cerca de un gran centro penitenciario, me llevo a muchas madres a ver a sus familiares, y te podría contar historias espeluznantes. Hoy uno se ha comido unas pilas, está fatal... su madre está desesperada, su mujer se fue con otro y dejó a sus tres hijos con su suegra, toda la carga para esa madre, que cada semana hace doscientos kilómetros para ver a lo que queda de lo que fue su hijo. A mi se me cae el alma a los pies.
ResponderEliminar!!Hola,Midala!!
ResponderEliminarQ bien lo has contado.Q realidad mas terrible aunque aquí solo sea ficción.Magnifico relato.Muchísimos besitos,midala.
Una historia muy bien contada. Un gran saludo.
ResponderEliminarMuy buenooooo!!!!!!!!!!!!
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