Un verano, una amiga me invitó a pasar las vacaciones con ella. Fue el verano más loco de mi vida. Salíamos a todas horas e íbamos a los pueblos cercanos a las discotecas.Bailamos y reímos, comimos comida basura y nos bañamos en la playa..tomamos el sol sin protección e hicimos el amor de la misma manera. Conocí a varios chicos pero tengo que decir que solo me acosté con uno, Andrés. Era más joven que yo y me gustó a la primera.El me dijo que solo había tenido una novia, dos años y solo se había acostado con ella. No lo pensé y decidí no poner ninguna traba para quedarme embarazada. Andrés, así que terminara el verano, se iba a Holanda, ya que sus padres estaban allí trabajando. El había ido al pueblo igual que yo, a pasar el verano. Y así fue. Me quedé embarazada de Adres y nació mi hijo, Manuel, como mi padre. Por supuesto que de Andrés nunca volví a saber nada y nunca le dije a nadie quién era el padre de mi hijo. Eso era asunto mío. Y Manuel era un ángel. Rubio...como su padre y como yo...con los ojos claros y sus manitas gorditas...rollizas...cada dedito era contemplado a todas horas por mi madre y por mí. Nos pasábamos las horas mirando al niño y la felicidad entró en nuestra casa y en nuestras vidas. Manuel vino cargado de ilusiones y alegría. Describir para una madre el nacimiento de su hijo es imposible. No hay palabras para describir el estado de embriaguez en el que entramos. Y lo tontas que nos volvemos con nuestras palabras sin sentido...Pegada al lado de la cuna me pasaba las horas diciendo palabras hermosas a mi hijo. Hasta que un día...de tanto contemplarlo... vi que su mirada no era como la de los otros niños. Su mirada era vacía.El corazón se me puso en la garganta y pensé que eran sensaciones mías. Pero el tiempo fue pasando y Manuel, era distinto. No era como los demás niños. El tiempo me dio la razón. Manuel era autista. El día que me lo dijeron creí morirme y desee que la tierra me tragara, que se abriera en dos y nos llevara...que de camino a casa nos atropellara un coche...mi cabeza no hacía más que pensar en cosas que jamás se me habían pasado por la cabeza. Tenía que asumir una realidad y no me veía capacitada para hacerlo. Fui a mil médicos buscando un diagnostico que no sería el correcto...quería que me engañaran y me dijeran que mi hijo no tenía nada,quería oír de la boca del medico que era un niño sin problemas.... sano....fuerte...inteligente....que se criaría con los demás niños y se casaría...que yo tendría nietos y sería una abuela feliz. Miraba a mi niño a todas horas y no podía creérmelo. Hasta que un día...dejé de lamentarme...dejé de buscar diagnósticos falsos para enfrentarme a la realidad. Tenía a mi hijo,Manuel, el hijo que tanto había sido deseado, esperado y buscado. Ahora estaba conmigo y de mí dependía el como afrontaríamos todos la realidad. Dejé de lamentarme y comencé a buscar ayudas. Encontré un colegio especial, donde ayudaban al niño a hacer ejercicios.Aunque Manuel no hablaba y parecía no entenderte yo estaba segura de que él sabía que yo lo quería, aunque no me dejara acercarme a él ni acariciarlo...las caricias nunca fueron su fuerte y no le gustaba que nadie le tocara. Aunque el día a día con él era complicado, era mi hijo, mi mayor alegría y poco a poco fue mejorando aunque bien sabe Dios que nunca sería lo que yo tenía planeado para él. Sin embargo, otras madres sueñan con que sus hijos sean médicos o abogados, que se casen con un hombre rico que las mantengan y al final sus planes también se ven truncados. Pues lo mío con Manuel era igual. Yo soñaba para él un mundo feliz, en el que trabajara y se casara. Aunque.....si lo analizamos ahora mismo.....a lo mejor....nunca tenía trabajo.....y era un desgraciado con su mujer...Las jugarretas del destino son a veces difíciles de sobrellevar...pero....¿quién sabe si de otra forma no sería peor?.
Hoy Manuel tiene 25 años, y vive conmigo y con mi madre,y digamos que llegamos a ser un trio muy feliz. Manuel es un niño autista, pero aprendimos a convivir con ello y la entereza de los tres es la que nos llevo a una vida feliz.Luchamos contra la adversidad buscando las mejores salidas a nuestro problema. Teníamos dos opciones...o negarlo...o pelear hasta encontrar el bienestar del niño. Y lo encontramos.Somos tan felices como cualquiera de vosotros, con nuestros problemas y nuestras alegrías, pero la felicidad son pequeños momentos....en los que acaricio a Manuel....en los que intuyo una ligera sonrisa en su cara...en los que me señala algo que quiere....la felicidad, es Manuel "
» Horacio (65 AC-8 AC) Poeta latino
Hoy abordas un tema muy duro, Midala y lo haces de forma muy sólida. Una voz narradora muy pegada a la realidad.
ResponderEliminarBuen trabajo.
Un abrazo.
Es muy duro. Espero que alguna vez, la ciencia llegue a descubrir algo para ayudar a estas personas.
ResponderEliminarBesotesssss!!!
Es hermoso
ResponderEliminarEsta Ana de tu relato eligió que hacer con su vida y no tiene porqué justificar nada, luego las cosas vienen como uno no las espera, lo mejor, enfrentarse a ellas y solventarlas de la mejor manera posible.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo conozco a otra Ana y la verdad que se parece mucho a la del relato, menos que ella está casada y tiene un marido ve los de verdad, los que hacen todo lo que una madre y mujer deben de hacer en la vida de una familia. Si os parece y queréis conocerla entran en: http://pablocastro94.blogspot.com.es/
ResponderEliminarUn abraciño,
Rosa María Milleiro
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa vida no siempre no pone las cosas fáciles.
ResponderEliminarUn beso.
Eso del relato "corto" es broma, ¿no?
ResponderEliminarComo relato de ficción pura no vale nada, ni corto ni entretenido. Es un aburrimiento escrito a hachazos, como un power point. Parece una receta de cocina.
Por otro lado, si no se trata de un relato ni tiene aspiraciones artísticas, si no que se trata de una historia real, tampoco aporta nada realmente, ni como noticia ni como ejemplo ni como curiosidad, que no conozcamos ya en miles de otros casos.
Y en cuanto a la mezquindad y egoísmo de la madre, prefiero no entrar...
Me encantaaa que entres en mi casa y me critiques...yo...no te mande entrar...entraste porque quisiste y yo avisooo en mi perfil que no soy escritora niiii lo pretendo.Pero no es eso lo que más me jodió sabes?vamos a hablar en plata como lo haces tú...sin herir sentimientos verdad?el egoismo de la madre dices....Actualizate, las mujeres podemos tener hijos connnnn quiénnnn nos dé la gana, y no por ello somos peores madres, todo lo contrario, esta mujer...es una madre excepcional como otras muchas madres...Me da que tienes muuuchos tabues en tu mente...pero no lo vamos a discutir...porque tu forma de hablar no me va...tu "sinceridad" es hiriente...y no sabes distinguir entre un relato preparado con todo cariño y una receta de cocina. Haleee largandoooo con aire fresco y....recuerda...no vuelvas...no estoy a tu altura, ni a la de mucha gente, pero tienen más educación que tú...mucha más.Un saluditooooooo
EliminarPARA ANÓNIMO.
EliminarQuiero responder a anónimo, por su comentario y por la parte de la libertad plena para poderlo hacer,
Ya que yo también puedo otorgar ese derecho de comentar, pensar y plasmar: Pero yo, con nombre y no amparada en el anonimato: Si eres hombre, no tienes ni la menor idea de lo que puede sentir una mujer, si eres mujer, eres una acomplejada que no has tenido riaños para vivir en la parcela libre de ser madre sin pedir ayuda para llevar a puerto la vida de un hijo; y a eso se le denomina envidia de no haber tenido dos ovarios libres y bien puestos para poder hacerlo tú. La verdad que no comprendo la agresividad que empleas. Nadie te ha llevado de mesa de jurado para otorgar el premio al relato, como también nadie te ha suplicado que lo leas. En la vida ser mezquino/a es fácil e insensato también.
Lo dicho anónimo: debes de tirar el lastre emocional que te envuelve, no dejando ver las cosas de la vida en la balanza de cada uno/a, haciendo lo que quiera para si, ejerciendo en libertad y el derecho. Ah¡ y lo ultimo, que el relato puede ser un hecho real. Cosa que también infravaloras por el miedo (pienso) de hacer frente a la vida sin el protocolo que te han dictado; quizá una educación castrante: a eso se llama cobardía o acojonamiento y envidia.
Un saludo anónimo.
Rosa María Milleiro
Magnífico y aleccionador texto.
ResponderEliminarLa entereza y el saber plantar cara a la vida buscando los detalles,es una manera envidiable de vivir.
Besos.
Espectacular relato lleno de vida y de realidades contantes y sonantes...Personas reales que viven la vida que eligieron, y que tienen el coraje de enfrentar los sinsabores de igual manera...
ResponderEliminarmis saludos
Un gran relato, que sabe tratar este delicado tema de forma magistral !
ResponderEliminarUn cordial saludo
Mark de Zabaleta
Es un texto duro, pero lo tratas de una forma que termina siendo aleccionador, como dice Marinel.
ResponderEliminarMe gustó, si señor.
Un abrazo.
HD
Hola, Midala
ResponderEliminarEsa mujer vive en positivo, afronta las dificultades que le pone la vida con amor y entrega. Me ha gustado. A mi si me parece una historia muy real, ¿qué hay muchas como ella? Sin duda, pero a la vez es única y especial porque son la madre, la abuela y Andrés.
Besotes.
Me alegro por ellos.
ResponderEliminarPor su fuerza y entereza.
Besos.
Tu relato me ha emocionado. Felicidades por ser una madre coraje y admiración por tu madre que sigue ahí como una gran madre y a Manuel, un beso desde la distancia.
ResponderEliminarFicción.....mp
ResponderEliminarUn hermoso relato sobre la entereza de una mujer. Increíble decisión y admirable espíritu de lucha para lograr felicidad.
ResponderEliminarUn beso querida Midala.
Midala, este año trabajo con niños discapacitados, los que son autistas son de lo más difícil, a veces, das con la tecla otras no la encuentras nunca y otras, ves que un simple animalillo le entiende como tu nunca lo harás. Son como un tarro sorpresa, no sabes lo que hay dentro.
ResponderEliminarUn Relato duro, pero, a la vez, lleno de fuerza de superación y de no evadir ni huir de la Realidad...Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo e bicos.
me parece el relato muy bueno triste al final feliz por entender y saber llevar la vida de como se presenta no todos podemos tener el valor de soportar lo tragico ....saludos
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