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lunes, 25 de noviembre de 2013

MI HIJA ME MALTRATA

El reloj del salón marca las 12 de la noche. Tic...tac...tic...tac...silencio...por fin silencio. Entra en su habitación lentamente, calladamente...no quiere perturbar el sueño de la  fiera. Ese es el apodo que le pone apesadumbrada. Pero es como una fiera en un corral, atrapada y sin salida. Grita y chilla, escupe y le pega, la insulta y la humilla. Y ella...a ratos la aborrece. Le duele el corazón de reconocerlo pero no puede evitarlo. Esa mezcla de miedo y terror cuándo la ve entrar...y cuándo comienzan sus gritos... golpes... y cuando pasa a la acción, ya es una fiera. La furia se apodera de ella y no sabe lo que hace ni lo que dice. O eso piensa ella para tranquilizarse. Se mete despacio en la cama y reposa sus lentes en la mesilla, que tropiezan contra la lámpara de aluminio y se oye un....clommmmm en la habitación. Escucha  aterrada y se mete en la cama encogida. Se acurruca debajo de las mantas esperando que el ruido no la despertara. Silencio. Josefa se duerme con el corazón hecho añicos y su ojo amoratado.

Antes de que amanezca Josefa está vestida. A la espera de un nuevo día y con esperanzas de que hoy sea distinto a ayer. Prepara el desayuno y el de ella. Todo en orden. Observa que todo esté como ella quiere, le retira las servilletas de papel que están encima de la mesa y le coloca una servilleta de tela. Los cereales y la fruta, la leche templada. Todo en orden. Y se retira al salón. No quiere hacer nada hasta que ella se vaya, si la despierta tendrá una buena bronca. Permanece sentada leyendo una revista, sabe que no muy tarde se despertará. A la media hora se abre una de las puertas y sale Rosa. Está ojerosa y despeinada. Josefa la mira de reojo deambular por el pasillo. Parece que hoy será igual que ayer. Lo presiente. Los días ya son todos iguales. Da igual lo que haga o lo que diga. Su hija desata su furia contra ella. Y ella como madre tiene que aguantar. No puede hacer nada. Es su hija. Josefa se separó de su marido porque le pegaba y Rosa se lo echa en cara todos los días. Le dice que viven mal por su culpa...que es una inútil...un bicho asqueroso...al que su marido tenía que pegar a diario para enseñarla y ahora...como no está él, lo hace ella. Es por su bien, para que aprenda y sea una mujer de provecho. Entonces es cuándo se calienta y nace de lo más profundo de su ser una furia hacia su madre que no tiene límites. Le escupe y le llama zorra, puta asquerosa...y ella se traga sus lágrimas y su llanto pensando que a lo mejor su hija tiene razón.

Al pasar Rosa por el salón y ver a su madre leyendo, le recriminó el no estar haciendo las cosas de casa. Josefa se levantó corriendo y le pidió disculpas diciendo que era para no despertarla.

- Zorra que eres una vaga, pasa para aquíiiiiiii, ¿tú viste como está el baño sucio? Cerda asquerosa que vivimos en un antro de mierda por tú culpa. Levántatele levántatele yaaaa.- le gritó Rosa arrastrándola de los pelos. La tiró en el suelo del baño y le dio un estropajo para que limpiara y para que aprendiera a ser limpia le tiró la lejía por su cuerpo. Juana cerró los ojos, y gimió diciéndole a su hija que la dejara. Lejos de calmarse, Rosa la emprendió a patadas con ella. Ya estaba fuera de sí. Le gritaba su hija que la culpa era suya que se merecía los golpes.

- Todo el mundo te pega cabrona ¿no lo ves? Papá me enseño como mucho más el tiempo que estuvo con nosotras que tú. Tú no me enseñas nada desgraciada. El me enseño que para que aprendas tengo que pegarte como hacía él. Puta que eres una puta. No mereces ni vivir.

Josefa ya callaba y ni tan siquiera pensaba. Solo tapaba su cabeza para no recibir más patadas en ella. Rosa no era una mala niña, ni mucho menos, solo que se había criado con un padre maltratador. Y ahora a ella, como madre, le tocaba enseñarle poco a poco que así no se enseña. Los golpes solo sirven para humillar. Pero ella tenía que aguantar. Cuándo la niña se marchara ya quedaría tranquila y podría descansar. Le dolía todo el cuerpo. Pobre Rosa...pobre hija mía...en que se había convertido...era igual que su padre. Gritar y pegar...y así transcurrían sus días.

Rosa tiró la mesa de la entrada y gritándole le dijo que al volver quería ver todo limpio y recogido y Josefa asintió.

- Tendrás la comida en el plato y la casa limpia.

De despedida, su hija tiró el desayuno al suelo diciéndole que hoy no quería desayunar, que ya la había puesto de mal humor. Y salió dando un portazo.

Josefa se quedó sola en el silencio de la casa y lloró amargamente. No sabía cómo parar a su hija. Ya ni le podía hablar, tan solo su presencia la convertía en un monstruo. Miró el teléfono y pensó por un momento en denunciarla. Se sintió vacía...se sentía basura, como le decía su hija...no podía denunciar una madre a una hija... ¿y...si un día llegaba a matarla? entonces sí que ya no podría enseñarle nada...ya no podría darle su cariño...ni decirle que le perdonaba todo...que sentía una pena enorme por ver en que se había convertido...por copiar lo malo de su padre y ella por consentirlo. Nunca debió de consentir que su padre le levantara la mano, y ahora no debía de consentir que lo hiciera su hija. Ella nunca se la había levantado a su madre y en su casa nunca había visto estas conductas. Necesitaba recuperar a su hija, necesitaba decirle que la quería, que nunca dejaría de quererla...

Josefa se acercó lentamente al teléfono, sabía que era la única solución para recuperar a su hija.

Alguien que ama no insulta ni maltrata.
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Lucía Extebarria (1966-?) Escritora española

4 comentarios:

  1. Una historia que se repite por todo el país, parece que no, pero cada vez hay más casos. Siento decir, que lo mejor es no pensar en que tiene arreglo, denunciar y que pase lo que tenga que pasar, no se puede vivir indefinidamente bajo el miedo... eso no es vida, y no es justo sacrificar tu vida por muy hija que sea... ¡ojalá no me pase! toco madera.

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  2. Pienso igual que ruben, denunciala sera mejor para ella

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  3. Uff a mi me ha impactado. Si era la intención, enorabuena.
    Te invito humildemente a mi blog. Si le interesa un intercambio de links no dude en contactar.

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    Un saludo.

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  4. Me ha impactado tu relato amiga es espeluznante. Felices fiestas.

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