Es increíble.
No sé cómo me ocurrió, pero, aquí estoy. Tirado y temblando de frío. Creo que
me quedé dormido mientras conducía. Fueron unos segundos, los suficientes para
que se me fuera el coche en una curva y aquí estoy yo, sin poder moverme.
Escucho voces a lo lejos que me llaman, pero no puedo contestarles. Me duele
todo y sangro bastante. Creo que es el miedo que me atenaza y me impide que
salga la voz. Tengo la cabeza inclinada y veo perfectamente como estoy.
Atrapado dentro de los hierros del coche. Cerca oigo el ruido de un río y
escucho el correr del agua. Si soy capaz de centrarme solo en el correr del
agua...creo que llegaré a relajarme mientras no llega algún tipo de ayuda.
Veo
que unas personas están intentando bajar por el terraplén, quiero decirles que
tengan cuidado pero no me sale la voz...Los veo bajar, y a una mujer la veo
arriba muy nerviosa con el móvil en la mano y manteniendo una conversación.
Intuyo que está llamando a la ambulancia, que realmente... ¡falta me hace! A mí
alrededor está todo lleno de sangre. Una de las personas que bajaba ya está a
mi lado. Es un hombre joven, de unos 24 años, que solo da vueltas a mi
alrededor y musita ¡Dios Mío! como si con eso fuera a arreglar algo. Quiero
decirle que espabile, que me haga un torniquete en las heridas, que veo
demasiada sangre. Pero sigue sin salirme la voz, y el joven no hace nada más
que llevarse las manos a la cabeza y musitar. Ya están llegando más personas, y
entre ellas varios hombres adultos. Eso me tranquiliza, y a ver si deja el
chaval de decir Dios Mío ¡porque va a conseguir ponerme nervioso! Un hombre
mayor se acerca a mí y me mira, se lamenta. Vuelven los lamentos. Aquí parece
que me tocaron los más tontos de la carretera. En vez de hablarme y
tranquilizarme...de intentar cortar las hemorragias que tengo...todos musitan
como si...¡¡¡¡ no los viera y oyera!!!! A lo mejor piensan que estoy desmayado.
Es que ya no se qué pensar. Ya están conmigo un grupo de personas, alguna se
sientan lejos del coche, dicen que esperan a que llegue la ambulancia. Una
mujer joven se acerca a mí, y me da la mano.¡¡ Menos mal!! Alguien tiene por
fin una reacción lógica. Otra de las personas, busca por el coche, dice que mi
móvil, le oigo comentar. ¡Era lo que me faltaba! Si llaman a mis hijos y les
dicen que he tenido un accidente y estoy sin sentido, les pueden dar un susto
de muerte. Si es que...estoy casi al lado de mi casa. Estaba llegando.
Después de un viaje de horas...me duermo a dos minutos de mi casa. ¡Qué
estúpido soy! Pues...el bueno del señor encontró el móvil y está llamando.
Escucho toda la conversación. Es uno de mis hijos. Tengo a todos metidos en un
grupo de wuasap y nos hablamos a todas horas. El grupo se llama Mis hijos. Nada
original, lo sé, pero es lo que se me ocurrió. La mujer sigue a mi lado acariciándome
y se lo agradezco, necesito alguien a mi lado. Se acerca a mi oído y me dice
muy suavemente que me vaya tranquilo. ¡Esta es boba! me está enfadando. ¿A dónde
pretende esta mujer que me vaya? Pretende que me deje ir y que no pelee? Esta
mujer está loca. Yo pelearé por mi vida hasta el final, y tampoco estoy tan
mal. Lo que necesito es ayuda médica y ya. Pero como dicen el refrán, el que
espera....desespera. Y tengo que tener paciencia y esperar, pero la
verdad...con esta pandilla de inútiles que bajaron en mi ayuda...poca paciencia
puedo tener. Musitan...hablan entre ellos y........¡¡
-
Eooooo que no estoy desmayado señoresss, ¡¡que los estoy escuchando!!
Pasan
unos minutos interminables en los que todo a mí alrededor se mueve lentamente.
Parecen títeres sin cabeza, no saben reaccionar ante esta situación. Y...no es
que los culpe...para nada. Solo que me desesperan. Por fin veo que llega la
ambulancia y rápidamente se pone todo en marcha toda mi ayuda. Por fin alguien
intentará ayudarme. Solo tengo ganas de salir de esta situación ya y ponerme
bien. Pero... ¿que ven mis ojos?..¡¡Son mis hijos!! Bajan el terraplén a
carreras, detrás de los camilleros. Esto es como una romería. Solo faltan los
gaiteros. El camillero se acerca y separa a todo el mundo. Me toca en el cuello
y mueve la cabeza negativamente. ¡Otro idiota! ¿Pero no hay nadie competente en
este país? .Mis hijos se acercan a mí y por fin los noto. Noto el calor de sus
cuerpos, escucho sus llantos y sus palabras de desesperación. Solo mencionan mi
nombre repetidas veces. Yo quiero llorar...pero no puedo. Quiero
consolarlos...y tampoco puedo. Quiero decirles que los amo por encima de todas
las cosas, quiero decirles muchas cosas, pero...no puedo. Quiero abrazarlos,
quererlos,besarlos, decirles que los necesito, que son mi vida. Pero no puedo.
Noto como si mi cuerpo se desplegara...el
cuerpo herido queda ahí...tendido en el barro y cubierto de sangre. Y...el
alma...se va del cuerpo. Estoy muerto. Ahora lo comprendo todo.
“La muerte es algo que no debemos temer porque,
mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos.”
(Antonio Machado)
Interesante ...
ResponderEliminarEn fin, ¿será así? Quién sabe. Es un relato en el que pensamos a menudo.
ResponderEliminarLLegara a la hora debida
ResponderEliminarMientras tanto no me preocupo en lo mas minimo
Cariños
Que en paz descanse que buen relato gracias por el buen momento...
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