Gracias señora. No, gracias a ti Thomas.

Thomas, vino de Polonia a España buscando trabajo. Dejó allí toda su vida, su familia...sus amigos...sus conocidos. El viaje hasta España le llevo mucho tiempo, una buena parte la hizo andando.

Hoy Thomas, pide en la puerta de un supermercado. Es un chico rubio, de ojos azules y de mirada triste. Cuándo ya llevaba días viendolo en el mismo sitio pidiendo, Conchita, se acercó a él.

- Hola, voy a entrar a hacer la compra, ¿necesitas que te compre algo?

- No señora, gracias.

En su gorra se veían unos pocos céntimos. Al salír, le dejó en la gorra un euro. Y al día siguiente, se acercó de nuevo a él y le preguntó como estaba y como había pasado la noche.

- Al aire libre señora, tapado con mis jerseys. Pero no se preocupe, estoy bien. - dijo Thomas al ver la cara de preocupación de Conchita.

Conchita comenzó todos los días a mantener una pequeña charla con Thomas, ya lo tomaron por costumbre, y le empezó a decír hacia donde debería de dirigir sus pasos, cáritas, cocina económica, la cruz roja...sitios donde puedan darle una comida caliente, un techo donde dormir. Todos los días   le mete en su gorra lo que cada día puede meterle. Thomas con eso es felíz. La comida ya se la dan en la cocina económica. Y dormir, por ahora en la calle.

Conchita le ofreció ropa y comida, pero Thomas, no tiene donde dejarla y no acepta nada, dice que se le dé a otra persona que le haga más falta que a él. Tiene una libreta, donde apunta todas sus palabras que va aprendiendo de español. Y por las tardes, se va a la biblioteca municipal para poder aprender nuestro idioma.

Conchita recuerda el primer día que habló con él. La gente la miraba de soslayo y murmuraban entre ellos. No se comprende, hoy en día que te molestes por alguién, que preguntes como está, si necesita algo. Vió las miradas indiferencia e incluso de desprecio. La gente entra en el super y ni lo miran, no le dedican ni un segundo de su tiempo, pasan a su lado y no lo ven. Sencillamente no quieren verlo.

Conchita es incapaz de entender como se puede reaccionar así ante una persona que está pasando hambre y frío, miedo y soledad. La vida da mil vueltas...hoy está Thomas, pero mañana..... ¿alguién puede saber si estará en su misma situación?.   Por eso, Conchita cree que es ella quién debe de darle las gracias a Thomas por ser él quién hable con ella.
- Señora,  ¿por que se preocupa usted tanto de mí? -

- Por que hace frío, y yo tengo cama y tú no. Por que yo tengo donde comer caliente y tú no. Por que te veo aquí todos los días, sentado con tu libreta ,intentando hablar español para conseguír un trabajo.Por que te esfuerzas en tratar de entendernos a pesar de la indiferencia que mostramos. Por que hoy, estás tú ahí pero mañana estará otra persona y no podemos pasar indiferentes ante vosotros,por que sois personas como nosotros.

- Gracias señora.

- No thomas, gracias a tí, por hablar conmigo.-



Vuelve a ser una historia real. Me ocurrió a mi, es más, me está ocurriendo. Thomas está a la entrada del super al que yo voy. Pasan los días y haga frío o sol el sigue alli para sacar 3 euros como mucho