Seguidores

jueves, 4 de agosto de 2011

Todo corazón

Emilia, era todo corazón. Era una mujer sensible, delicada, amable...siempre con la sonrisa en los labios y dispuesta a ayudar a todo el mundo. En su barrio ya era conocida, por que aunque ella no tenía mucha salud, siempre echaba una mano al prójimo. Si te veía con las bolsas de la compra cargada ella se ponía las suyas por montera y agarraba tus bolsas y te las dejaba en el portal.No es que fuera tonta,ni mucho menos, era todo humanidad y bondad.


Si pensión era muy baja pero ella se las apañaba para bajarles unas lentajas a las vecinas mayores que no podían cocinar o estár preocupada por Doña Ana, que vivía sola y no podía moverse. Emilia tenía todas las horas de su día ocupado. Entre visitar a Doña Ana y ver como se encontraba....ir a casa de Amparo y ver si necesitaba cualquier cosa....visitar a Don José que se acababa de quedar viudo y ella le daba conversación todos los días un ratito... irle a buscar la comida del dia siguiente a Juana, estaba en silla de ruedas y sus hijos no querían saber nada de ella... y por supuesto...si hacía frío... llenar varios termos de leche caliente con cola-cao, meterlos en su carrito de la compra y recorrer lo que los piés le dejaban, ofreciendo un cola-cao a la gente que vivía en la calle. Emilia era conocida en toda su zona por su bondad y generosidad.

Ese día Emilia preparaba su cola-cao para repartírlo, pués ya había realizado sus tareas diarias. Tambien había metido unas galletas que estaban de oferta en el super, muy baratas, y así les ofrecía un cola-cao calentito con galletas que la gente se lo agradecía muchisimo. Bajó las escaleras de su casa, y al llegar a la calle vió que estaban por lo menos a un grado bajo cero. Hacía muchisimo frío. Comenzó a andar por las calles ofrenciendo su bebida caliente. Cuándo la veían venir los indigentes que en la calle vivían se les iluminaba la cara, para muchos era su ángel de la guarda. Ese día, había una mujer nueva. Candelaria se llamaba, una niña argentina, que había venido a España buscando trabajo. Emilia le dió su cola-cao con galletas y Candelaria la miró y se le llenaron los ojos de lágrimas.

-¿ Qué pasa mi niña? ¿va todo bien?

- Sí Doña Emilia. Tengo frío como todo el mundo, no se preocupe. Ya había oido hablar de usted, y hoy esperabamos que apareciera por aquí y así conocerla. Todo el mundo habla muy bien de usted. Es el angel de los que vivimos en la calle.

Doña Emilia quedó cautivada por esos ojos negros profundos, llenos de tristeza y amargura. El corazón se le destrozaba al ver a una niña tan joven ya en la calle pidiendo.Candelaria no era tan joven, tenía 28 años. Y había venido a España buscando un trabajo en la peor época.

- Ven pequeña niña, vamos a tomarnos allí el cola-cao así hablamos un ratín tú y yo soliñas y tranquilas.

A gopes de cola-cao y caricias de Emilia, pasaron parte de la noche hablando y contandose cosas.El frío era intenso y comenzó a llover. Emilia se levantó y le dió la mano a Candelaria.

- Ven conmigo cariño, hoy...te vienes a dormír a mi casa.

Los ojos negros de Candelaria le salían de las órbitas. No se podía creer la suerte que había tenido en una noche tan fría.

Andaban en silencio ...cogidas del brazo...Emilia le iba contando a Candelaria que ahora tendría que ayudarle un poco en las tareas del hogar, mientras ella no encontraba trabajo. Ella sería su compañera a la hora de repartirse las obligaciones que ella tenía con su gente. Candelaria la miraba maravillada y pensaba que no creía en los ángeles, pero esta buena mujer, era lo más parecido a un ángel que había visto en su vida.

Cuándo Emilia abrió la puerta de su casa, Candelaria abrió los ojos de par en par y se quedó sin respiración. La casita era preciosa. Su cocina estaba llena de ollas, todas con comida...lentejas...espaquetis...caldo...sopa...arroz con pollo....hoy era el día que le tocaba congelar en el arcón las ollas con la comida. Fué entrando en los dormitorios y....en todos había colchones tirados por el suelo y gente durmiendo ....Mamás con niños pequeños, gente de su edad....Emilia, recogía a la gente de la calle que le daba confianza, y los tenía en su casa enseñandoles el idioma, y ayudandoles a encontrar trabajo, mientras, ellos tenían que ayudarla en sus quehaceres diarios. Emilia era una mujer felíz, siempre estaba haciendo el bien y siempre tenía cosas que hacer. Toda la gente que tenía en su casa era muy buena gente y trabajadora. Y ahora....con Candelaria...ya serían 10!!!!!!!!!!!!!!!!

Emilia era un ángel.


A quien se aventura, Dios le ayuda.

15 comentarios:

  1. Desde luego que lo era, ojalá hubiese muchos.

    Besos

    ResponderEliminar
  2. Y además de ángel, les hacía sentirse útiles. El equilibrio perfecto.

    Un besito.

    ResponderEliminar
  3. María, si todos fueramos como ella el mundo sería distinto.Un besazooooooo

    ResponderEliminar
  4. Efectivamente Ion...eran útiles para la anciana,ya que la ayudaban en sus quehaceres diarios y se sentian como si no se aprovecharan de ella.Milllllllll besosssss

    ResponderEliminar
  5. Alguien dijo que era muy fácil ser humilde cuando se es famoso, o generoso cuando se es millonario; el valor era ser generoso cuando apenas se tiene algo, y esta mujer, vaya que era generosa ¡un ángel!
    Gran mensaje, amiga mía, gran mensaje.
    Un abrazo más grande.

    ResponderEliminar
  6. Pero, ahora es Julio quien me quita las palabras... ¡Ya estamos a mano! Realmente la generosidad de Emilia va más allá de lo material, pues también les ofrece su tiempo, su corazón y su animoso espíritu. Me has tocado el alma, especialmente con Candelaria. La imaginé -como tantos otros argentinos que conozco- que decidieron viajar en busca de una vida mejor y la ironía de estos tiempos difíciles les juega una mala pasada; completamente solos, sin un lugar dónde vivir, sin trabajo y lejos de la familia. Hermosísimo relato, Midala, Un beso grande !!!

    ResponderEliminar
  7. Ojala el mundo se llenara de Encarnas...Emilias y demás personas que hoy en día escasean. Millll gracias por pasarte por aquí y milll besoss

    ResponderEliminar
  8. Gracias Diana!!aquí hay muchos argentinos por eso me acordé.Tengo un bonito relato que contar,precisamente de una argentina y...es real,por que me ocurrió a mi. Un día de estos me pongo a ello.Millllll besoss y mil gracias

    ResponderEliminar
  9. Midala, es un relato muy tierno y esperanzador. Perfilas los personajes con mucho mucho cariño y llegas a abrirnos el corazón. Sí, hay personas así, lo creo, lo sé, lo que pasa es que son más los que no solo no hacen nada de nada sino que practican el mal más absoluto. Pero bueno, diez niños más son felices hoy.

    Un abrazo enorme.

    ResponderEliminar
  10. Que magnifico relato Midala, la verdad es que hay poca gente así, capaz de ser generoso sin condición ninguna...

    Ciertamente es un angel... si hubiera mas gente como ella, el mundo seria mejor.

    Un besazo.

    PD; gracias por pasarte por mi casa, aun en mi ausencia... intentaré ponerme al dia con todos tus post.

    Besos mil.

    ResponderEliminar
  11. Gracias Gabriela!!!si,yo también creo que tiene que haber gente así.Mercedes era todo corazón!!Me gusta hacer a los personajes tiernos y dulces,creo que para horrores...ya vemos bastantes.Millll besitos y mil graciasss

    ResponderEliminar
  12. Pero la hay Gala(tea)...tiene que haberla.
    No te agobiessss yo pasé por tu blog por que me gusta leerte y me encantaaa como cuentas las cosas!!!Como te va la pintura???:):) Yo tengo aquí todo comprado pero no hay pies k nos lleve a pintar el pasillo...buenoooooo mientooo jajjajajajajaj yo ya lo tendria pintado!!!!Pero me sé de uno que ni de bromaaa se pone a ello y si me ve con el rodillo le sale urticaria jajajaajjaja.Milllll besitos y mil gracias

    ResponderEliminar
  13. Emilia es un ángel,su entrega es total al servicio de los más carenciados.Compartiendo lo poco de sus ingresos y mucha dedicación.Recuerdo a mi madre contarme que mi abuela española,inmigrante aquí por tiempos difíciles allá, dio su único tapado a una indigente en épocas de frío invierno.
    Hermoso relato Midala,el dar sin esperar nada a cambio genera un bienestar no buscado pero incomparable de sentir.
    Un fuerte abrazo,amiga!

    ResponderEliminar
  14. Gracias Migue me alegro que te gustara.Tu abuela...tambien era otro angel ves???la vida está llena de angeles y a veces ni cuenta nos damos...Milll besos y mil gracias por pasarte por aqui!!

    ResponderEliminar
  15. Bonito relato, que engancha, Midala.

    Gracias por tu huella en mi blog.

    Un beso.

    ResponderEliminar

Deja tú opinión, me ayudarás a mejorar. Habla ahora...es tú momento y tú espacio. Te estaré muy agradecida sea cual sea tu opinión. Adelante!!!Atrévete!!!