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sábado, 20 de octubre de 2012

Desahucio: No estás solo.




Antonio sabía que era su último día. No tenía ya esperanzas de acabar su vida en esa casa. Hoy era el día en el que el banco se haría cargo de su vida...de sus cosas....de sus sueños y de sus vivencias...de sus recuerdos...hoy le robarían todo. Todo había sido un cúmulo de mala suerte. Una cadena de infortunios. Su pensión era baja, por no decir bajísima, cuatrocientos euros que no le llegaban a nada. Pero en esa casa había  nacido su madre, y él, esa era la casa familiar de su familia. Su padre y su madre habían tenido que trabajar mucho para poder comprarla y al final con mucho sudor habían logrado que fuera suya. Y Antonio había vivido ahí toda su vida, primero con sus padres y después el solo. No conocía nada más que ese barrio y las paredes de su casa...con las fotos de sus padres colgadas por la pared...y el olor a humedad....la cocina con sus muebles de toda una vida ya desvencijados por el paso del tiempo...y la cama de sus padres...que a pesar de los años ahí estaba...en la habitación de Antonio, presidiéndola, aguantando las penurias y las lágrimas derramadas en los últimos días. Era un testigo mudo y silente de su sufrimiento.

El buen corazón de Antonio fue el que lo llevo a la situación en la que estaba. Su único amigo de la infancia, Robustiano, quería pedir un préstamo y Antonio se brindó para ir de avalista. Su amigo nunca le fallaría, esas cosas ni se dudan, ni se piensan...Pero su amigo le falló. Se murió y sus hijos no pagaron el préstamo del padre. Y el banco ahora iba a quitarle el piso a Antonio. Lo único que tenía en este mundo. 

Estaba conmovido por las enormes manifestaciones de ayuda que le habían surgido de gente desconocida, brindándole apoyo y otras muchas cosas. Estos últimos días no estaba nunca solo en casa. Su casa había sido "asaltada" por gentes de diferentes razas y colores....hablas distintas...pero los mismos lenguajes: apoyo y ayuda. No estaba solo. No se sentía solo en estos momentos de rabia e impotencia. ¡¡¡¡¡Habían conseguido que su caso saliera en el telediario!!!! Le vinieron a hacer una entrevista y él muy sereno había contestando a todas las preguntas. Ese día, se había puesto la chaqueta que solo usaba para los entierros. La tenía desde hacía muchos años guardada en el armario, colgada y tapada con una toalla para que no cogiera olor a humedad. La última vez que la había puesto había sido para el entierro de su amigo Robustiano. Y la había usado para la entrevista de televisión. Sus vecinos le dijeron que había salido muy guapo y que había respondido muy sereno a todo. El estaba orgulloso de su papel desempeñado. Seguramente no había defraudado a esos jóvenes que estaban noche y día con el, haciéndole compañía y peleando para que no le quitaran su casa, y sus últimos años los pudiera pasar ahí...en su casa de toda la vida.

Ese día su casa era un trajín de gente... entrando y saliendo...las cámaras de televisión... los reporteros...el abogado de la asociación estaba nervioso y preocupado...y toda esa gente joven a su alrededor...diciéndole que no estaría solo en ningún momento, que no se preocupara que todo iba a salir bien. Antonio se sentó en el sillón, con su chaqueta de los entierros, y su pelo engominado, no era cuestión de salir en los periódicos desaliñando, uno aún tenía su orgullo ¡que caramba! Una joven le ofreció un café, en un vaso de papel, a lo que Antonio respondió con una sonrisa agradable y tierna. La joven se sentó a su lado y le dio la mano. Antonio se sentía relajado y tranquilo. No estaba solo. Nunca había estado tan acompañado...sentía la presencia de toda esa gente, preocupándose por él, haciéndole compañía, apoyándole hasta el último momento. Apoyó la cabeza en el sillón y por sus mejillas  rodaron unas lágrimas de tristeza y angustia pero a la vez de paz, mientras la joven seguía haciéndole caricias en la mano.

De pronto en la calle se oyeron gritos. Los jóvenes comenzaron a chillar y a oponerse al desahucio. La puerta de la casa se abrió de golpe y la gente que estaba dentro sabía que todo había sido inútil.

La joven que estaba con Antonio le soltó la mano y lo miró:

- Don Antonio, tenemos que irnos....no conseguimos nuestro objetivo.

Pero Antonio ya no estaba con ellos. El dolor lo había matado. Una muerte más, silenciosa…de esta maldita crisis.



Hay personas que nos hablan y ni las escuchamos... hay personas que nos hieren y no dejan cicatriz... pero hay personas que simplemente aparecen en nuestra vida y nos marcan para siempre (Cecilia Meireles) 

18 comentarios:

  1. El país se está desmoronando, en pocos años le han hundido, y todavía sigue haciendo aguas. Lo malo es que lo estamos pagando las clases sociales más débiles.
    La sombra del desahucio pende sobre cualquiera.

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  2. Desgraciadamente tu historia es vivida y tan real como que todos los días se presentan múltiples situaciones similares. Noticias que aquí apenas trascienden pero que fuera son bien conocidas.

    Nos tienen bien engañados.

    Un saludo

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  3. Un mal endemico que se ha incrustado en nuestra sociedad como la polilla que lo corcome todo...Y ellos, los de los desahucios, ni tienen compasión ni miramientos. Como otra plaga de trajes negros y llenos los bolsillos. El rico gana en la pobreza y en la riqueza, El pobre malvivir en la riqueza y muerte en la pobreza.
    Un besote preciosa.

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  4. La verdad es que es una situación cada dia más frecuente.
    En este caso, la verdad es que suena triste, es injusto que te quiten tu vida por además hacer un favor.

    Estos casos, la verdad es que dan mucha pena, ver como te roban la vida por el cochino dinero.

    Pero te diré que también está la otra parte.
    Personas, familias que no pueden vivir su vida en su propia casa porque tienen otros vecinos arriba o al lado que les hacen la vida imposible, y en esos casos el desahucio parece que no llega nunca.

    Un tema complicadillo el que nos recitas hoy.
    Besos mediterráneos.

    PD: me encanta venir a verte, y que sepas que ya estoy mejor.. que ya puedo oler y a pesar de seguir con muchos medicamentos voy cada dia respirando un poco más.
    Más besitos.

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  5. Hola, amiga. Conmovedor y por desgracia realista relato que ojalá sirva para denunciar las bajezas de este horrible sistema económico.

    Un fuerte abrazo.

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  6. Una historia muy cercana, los desahucios están a la orden del día, cerca de casa hemos tenido algunos a los que he ido a apoyar.

    Tu relato tiene un final terrible, un final que no debería ocurrir jamás bajo ningún concepto.

    Un besote Midala :D

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  7. Preciosa historia, triste, pero real. Hoy la vida es asi, no podemos rechazar nada, y ayudar todo, ¿tu no sabes si mañana te tienen que ayudar a ti. Eso como todo el la vida, crees que todo esta mal, pero tu estas bien, no cometas ese error. Millll besos

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  8. HIstoria de desahucios. Muy humana. Aquí a cada rato lanzan a la gente a la calle con sus cutes, de manera indolente. La excusa, la ley es la ley por muy dura que sea. UN abrazo. carlos

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  9. Magistral relato, que describe perfectamente esta cruel situación...

    Mark de Zabaleta

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  10. Triste, pero real como lo que le está pasando a muchísima gente.

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  11. Y lo peor es que a los poderosos le importamos un carajo, para ellos, cuantos menos seamos, mejor.

    Ya estoy de vueltaaaaa!!!!!

    Besos milllll!!!!

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  12. Hací tiempo que no leia algo tan bueno

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  13. Muy buena tu historia. La vida es así, da y destruye con indiferencia, pareciera que se cumple lo de " a los siete años de abundancia le seguirán siete años de desgracia" El yin y el yan. Hay casos peores, los siete años de abundancia ni llegaron a seis, y ahora le suceden muchos años de desdicha, como pasa en Argentina.
    Un abrazo

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  14. Que Buen relato, muy real, muy de actualidad en este mundo materialista. A veces no es bueno, mejor dicho nunca es bueno, comonse dice acá salir de garante en un préstamo, ademas los bancos te exorimen, ganan el 1000% con sus malditos intereses. Saludos y fue excelente e impecable tu post. Puertoarial.com

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  15. Cruda y muy cercana.
    Despierta esa emoción de lo cotidiano.
    Slds

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  16. !!Hola,Midala!!

    Q triste perder todo aquello por lo q has luchado con tanto ahincó,hasta la vida te quitan.Un relato maravilloso,triste y real,pero me ha emocionado.Muchísimos besitos,mi querida,midala.

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  17. Muy buen Relato, basado en un hecho Real que no puede dejar indiferente a nadie y resultado de un Sistema totalmente injusto y usurero.
    Un abrazo.

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  18. A veces se pierden tantas cosas en el camino...

    Mi linda Midala, gracias mil por pasar a mi casita a pesar de mis ausencias, yo sé que entiendes a esta cubanita medio loquilla, yo sé que me entiendes.

    Un abrazo muy grande, cuídate mucho.

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