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sábado, 15 de septiembre de 2012

La abuela


Aurora contemplaba su rostro en el espejo y lentamente peina su cabello, que hoy era blanco. La vejez había asomado su cabeza sin que ella se diera cuenta, es como si hubiera aparecido de repente, no se percató de que entraba hasta que ya era una anciana. Había pasado por todas las etapas de la vida y eso ya era un lujo que no todos podían contar. Por el camino había perdido a amigas....familiares....padres...un hermano.... y ahora recordaba toda esa parte de su vida, con inmensa pena. Hoy no tenía un día muy bueno, estaba cansada y no se encontraba muy bien, quizás por eso estaba haciendo un repaso mental de su vida.

Cuándo su marido se había muerto, se había tenido que poner a trabajar, para poder sacar adelante a sus dos hijos. Habían sufrido mucho. Ella era muy joven y su marido se había muerto demasiado pronto. Su vida había transcurrido entre la casa de los señores y su casa. Se pasaba el día trabajando, almidonando la ropa y limpiando la plata, cocinando, planchando y llegaba extenuada a su casa para volver a comenzar de nuevo su trabajo. Pronto la habían dejado también sus padres y cada vez se veía más sola en el mundo, sola con los dos niños y sin nadie en quién apoyarse, sin nadie con quién poder hablar y sin nadie que le ayudara a comprender que la vida....es así...y que ella tenía que seguir adelante.

Se fue haciendo mayor demasiado deprisa...casi sin percatarse que el tiempo pasaba y los años estaban encima, y de pronto se vio con que le dolían las rodillas y no podía andar bien, que los huesos de sus manos se estaban torciendo y que muchas veces el dolor le impedía levantarse. Se dio cuenta de sopetón de que era mayor....de que  de esas 5 amigas que bajaban a jugar a las cartas al mismo café de siempre, ya solo quedaban dos, ella y Emilia. Las otras tres se habían muerto y las habían dejado solas...ya no jugaban a las cartas...miraban a su alrededor y contemplaban  a la gente esperando verlos al día siguiente de nuevo. Eso sería buena señal para todos, sería que aún seguían en el mundo de los vivos.

Aurora aún se veía muy joven a pesar de sus 85 años...demasiado joven para dejar este mundo. No tenía ganas de abandonarlo, aún tenía muchas cosas que hacer y muchas cosas por vivir, aunque a veces, la melancolía y la tristeza hicieran mella en ella y apagaran todo atisbo de alegría y ganas de vivir.

Aurora contemplaba su rostro en el espejo, sus canas...sus arrugas...sus manchas...sus enormes surcos que le fue dejando la tristeza y pensaba que aún era una mujer bella con una enorme sabiduría, la sabiduría que da la vida, que da la lucha por sobrevivir, la pelea diaria de sacar adelante a tu familia y la lucha porque permanecieran todos unidos, como la gran familia que son.

Decidió sentarse en una silla hasta que llegara la hora de salir a tomar el café con Emilia. Y haciendo un repaso de toda su vida...su fue apagando...se fue alejando del mundo de los vivos para entrar en un mundo al que ella no hubiera querido irse hasta muchos años después.


No ha de ser dichoso el joven, sino el viejo que ha vivido una hermosa vida.
Epicuro de Samos (341 AC-270 AC) Filósofo griego.
 Disculparme la tardanza en visitaros, pero estoy pintando la casa y mi tiempo escasea…espero terminar en 15 días y ponerme ya las pilas…merezco una colleja…loooooo seeeeeeeee , pero esto de pintar….agotaaaaaaaaaa!!!!!Besos y mil disculpas!!!!!!!

14 comentarios:

  1. Esa abuela es la representación de cientos de miles de mujeres que pasan su vida sacando a los demás adelante.

    Buen relato, Midalita.

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  2. Midala un relato triste, al principio pensé que era justo lo que me pasaba a mi, que los años se me han echado encima y no me he enterado, me miro al espejo esperando encontrar a la misma de siempre, la de 15 o 20 años, y me encuentro con una señora que me mira seria.
    Pero bueno aún no tengo 85.
    Espero que te quede la casa muy bien, verás como todo tiene su recompensa.
    Besos.

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  3. ¡¡hala!! a seguir pintando la casa, que minuto que pierdes no puedes estar pensado en otras cosas, ese trabajo es cansado y absorbente.

    Un abrazo.

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  4. Por desgracia, todos tenemos que pasar por el mismo lugar antes o despues...un buen relato, tierno y lleno de una gran ternura...un besote preciosa.

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  5. La Vida el inexorable paso del Tiempo.
    Las compañías que van quedando por el Camino y las cosas que, aún, quedaban por hacer.
    ¡Es la Vida!
    Un abrazo.

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  6. Qué bello relato, una mujer que hace un repaso a su vida, una mujer que sufrió mucho quedándose viuda muy joven y tuvo que sacar su familia adelante, qué tierno me ha parecido, y qué final, como la vida misma, la muerte siempre nos espera.

    Un beso.

    PD.- Estate tranquila, se visita cuando se puede, primero están las obligaciones.

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  7. Llegar a viejo es un lujo, no una desgracia, siempre y cuando puedas valerte por tí mismo.

    Bonita moraleja ;)

    Y que te sea leve...

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  8. Jajajaj, ya decía yo, donde estará Doña midala, donde'andarááá, jejej. Bueno buen relato, me emocionó, es cierto dichoso el viejo que vivió para los demas y para sí cuanto pudo.

    Cuidado con la espalda y el cuello, sobre todo al pintar los techos que son muuu joios.

    Saluditos y de collejas nada de nada.

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  9. Midala, a pesar del sabor a tristeza que se nos queda al finalizar el relato, no cabe duda de que en él has logrado trazar toda la trayectorial vital de miles de mujeres que han de enfrentar una vida colmada de calamidades.

    Muy buen trabajo.

    Un abrazo.

    P.D. Que te quede bonita esa pintura; aunque si pintas con la misma pasión que escribes, ¡malo será! ;-)

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  10. Un excelente retrato de la abuela de siempre ?

    Mark de Zabaleta

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  11. Tu relato es el una vida, una vida que se cumple, se completa, y tiene la suerte de querer vivir más. Es una buena muerte, aunque bien lo sabemos, a nadie le gusta que llegue ese momento.
    Me hace acordar el cuento de un autor que no logro recordar, "Relato de una buena muerte".
    Lo has pintado muy bien Midala.
    Un abrazo y una suerte que estés de vuelta.

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  12. Mi querida Midala...me encantó el relato...Aurora es el vivo ejemplo de la mayoría de mujeres que dedican su vida entera a hacer más fácil la vida de los demás y que se olvidan de su propia existencia...es un placer visitarte, recibe mi cariño de siempre.

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  13. Tu nunca mereces una colleja. Eres fantástica y los que te conocemos aunque sea un poquito, sabemos que eres como Aurora, la de tu relato. Capaz de desvivirte para lo todo el mundo se sienta bien en su vida.
    Vuelve cuando puedas... me recuerdas a mi el año pasado pintando la casa... que pereza, no terminaba nunca.

    Besitos mediterráneos.

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  14. Un bello relato mi querida midala, la muerte nos llega como un ladrón, de hecho la abuela sabía que mucho no iba a vivir, esos recuerdos hacen mella, quier uno o no quiera.
    Estoy sin tiempo, a penas puedo atender a los que me visitáis.
    Gracias por estar siempre a mi lado
    Con ternura
    Sor.Cecilia

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